Ologunde Sa, exatea, India (parte 3 de 4)
Descripción: “Las cosas se aclaran a través de sus opuestos.” (proverbio árabe). Parte 3: Pensar acerca del Pecado Original la llevó a visitar la biblioteca.
- Por Ologunde Sa
- Publicado 01 Jul 2013
- Última modificación 01 Jul 2013
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En India, con sus muchos templos, conocí gente que adoraba la falsedad. El hinduismo con sus muchos dioses y diosas nunca tuvo sentido para mí. Siempre me pregunté cómo saben los hindús qué forma tienen sus dioses y diosas. En Estados Unidos, descubrí que la situación era más o menos la misma. La única diferencia es que, en cada calle y en cada esquina, no encuentras un templo sino una iglesia. El cristianismo, como es practicado en los Estados Unidos, tampoco tenía sentido para mí. La gente hacía imágenes de Jesús como si supieran cómo era él. ¡Estoy segura que el Jesús real no se parecía en nada a la forma como ellos lo representan!
Cuestioné a mi esposo con mis preguntas sobre las creencias cristianas. Él no tenía respuestas. También les pregunté a mis amigos cristianos. Ellos me dieron algunas respuestas, pero estas eran tan absurdas que pronto dejé de preguntarles. ¿Quieres saber qué me dijeron? Francamente, me muero por contártelo.
Esto es lo que tienen para decir: “No hay mal o pecado que pueda estar de pie frente al Dios Perfecto. Incluso lo que para nosotros es lo más diminuto del error, es intolerable para Su perfección. Todo lo que se necesita es un solo acto pecaminoso. Mira a Adán y a Eva. Ellos cometieron solo un pecado, y uno muy pequeño en realidad, pero ese acto permitió que el pecado entrara a este mundo. Ellos conocían que la consecuencia de ese acto era la muerte, pero Dios les prometió que había una forma en la que podían redimirse de esa consecuencia. Es esa la promesa acerca de la cual escribieron los profetas. Es esa promesa y su cumplimiento el tema central a lo largo del resto de la Biblia. El mensaje es que no solo eran malos los líderes judíos que crucificaron a Jesucristo, sino también David, Lot y los demás. Eso también nos incluye a ti y a mí. Aún el pecado más pequeño nos hace merecedores de la muerte. Y así como no había nada que Adán y Eva pudieran hacer para deshacer lo que habían hecho, no hay nada que podamos hacer para deshacer el mal que hemos hecho. Pero la misma promesa que Dios les hizo a Adán y a Eva nos la hace a nosotros. Él solo nos pide que aceptemos esa promesa”.
¿Cómo podría alguien creer en semejante teoría? Pero eso es precisamente lo que mis buenos “amigos” cristianos creen. Según ellos, todo el mal, todo el pecado es el mismo a los ojos de Dios. ¡De modo que el castigo para un hombre que roba una rebanada de pan es el mismo que el castigo para el hombre que asesina a diez personas! ¿Qué clase de justicia es esa? Estoy agradecida de que el sistema judicial en Estados Unidos no trate todos los crímenes con la pena de muerte. ¿La justicia aquí en la Tierra es mejor que la justicia divina?
¡Y qué completa incoherencia pensar siquiera que todos merecemos la muerte por los pequeños pecados que cometemos, y que podemos ser salvos solo por creer que Dios murió por nuestros pecados!
Sea que creamos o no, esto todavía no nos salva de la muerte, ¿no?
Si cometemos un pecado, no es por culpa de Adán y Eva. Cometemos pecados cuando elegimos el error o el mal por nuestro libre albedrío. Solo nosotros somos responsables por nuestros actos. Por los errores que cometo, nadie más tendrá que rendir cuentas. ¡Eso simplemente no sería justo! Por lo tanto, incluso si alguien se me acercara y me dijera que quiere cargar con el peso de mis pecados, ¡yo no lo permitiría! Ya que he sido yo quien ha cometido el pecado, solo yo debo enfrentar las consecuencias de mis actos. Simplemente no tiene sentido que conscientemente cometamos errores y que pequemos y cometamos todo tipo de crímenes, y pongamos toda la carga sobre alguien que es totalmente inocente. No hay sistema judicial en este mundo en el que Tom cometa un asesinato y Dick sea colgado por ello en lugar de Tom. Si tal cosa ocurriera, el mundo entero estaría al revés.
Fui a la biblioteca y comencé a buscar respuestas. Comencé a estudiar el Islam, la otra religión monoteísta. Leí el Corán. No necesité mirar nada más. ¡Ahí encontré las respuestas a todas mis preguntas!
El Corán es muy claro en su mensaje:
1. Que Dios (Al-lah) es uno.
2. Que Dios es eterno y no muere.
3. Que Él no ha engendrado ni fue engendrado.
4. Que nada ni nadie se Le parece.
5. Que toda alma rendirá cuentas de sus actos en el Día del Juicio.
6. Que nadie llevará la carga de otro.
7. Que Jesús fue uno de los mensajeros de Dios.
8. Que quienes creen en la Verdad y hacen el bien serán recompensados con el Paraíso.
9. Que quienes no creen y rechazan la Verdad serán arrojados a las llamas del Infierno.
10. Que no existe más divinidad sino solo Al-lah. Él es el Señor de todos los mundos, el Creador, el Omnisciente y el Omnioyente.
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