Hussein Abdulwahid Amin, excatólico, Irlanda (parte 4 de 4): Declaración de creencias teológicas
Descripción: Hussein se siente completamente en paz con las creencias teológicas de monoteísmo puro ejemplificadas en el Islam.
- Por Hussein Abdulwahid Amin
- Publicado 15 Oct 2012
- Última modificación 15 Oct 2012
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Con la conciencia tranquila y libre de los tormentos mentales que sobre este tema tuve que enfrentar cuando comencé a estudiar el Islam, puedo ahora declarar que creo que Jesús fue un Profeta de Dios, completamente humano, uno de los más grandes Profetas de Dios y digno del mayor respeto, pero no era una encarnación de Dios ni era el Hijo de Dios. Creo que Jesús, un judío piadoso y monoteísta, se habría horrorizado por completo con aquello en lo que los cristianos trinitarios lo han convertido. Anteriormente, tenía temor de traicionar a Jesús si me hacía musulmán. Ahora me doy cuenta de que en realidad había estado blasfemando sin querer al decir lo que no tenía derecho a decir sobre Jesús.
Creo que Muhammad ha sido un Profeta posterior (el último) de Dios. Y así como el cristianismo genuino de los apóstoles de Jesús en Jerusalén es el sucesor del judaísmo, también el Islam es la revelación final de la palabra de Dios, el legítimo sucesor y el cumplimiento del judeocristianismo original de Jerusalén.
Me gustaría dejar completamente claro que no me convertí al Islam debido a una relación romántica. La posibilidad de matrimonio con una musulmana fue la motivación, el catalizador, lo que me incitó inicialmente a investigar sobre el Islam. Pero dejo constancia de que esa relación terminó más adelante en 2001, y sin embargo yo sigo siendo musulmán.
Mi conversión al Islam, cuando ocurrió, fue sincera, no por conveniencia. Tenía que ser honesto. No podría tener la conciencia tranquila habiendo hecho una conversión fraudulenta. La religión, Dios, es demasiado importante como para tomarlo a la ligera. Es el alma de uno la que está en juego.
Rechacé el cristianismo como es conocido por nosotros hoy día, porque ya no creía en la doctrina de la Trinidad ni en la afirmación de que Jesús es Dios. Llegué a creer de todo corazón en la Unidad y Unicidad de Dios. Y juzgué que esta creencia había encontrado su mejor expresión en la religión del Islam. Más allá de lo que me depare el futuro en términos de relaciones personales, continuaré sosteniendo estas creencias.
En ocasiones no puedo dejar de preguntarme si grandes grupos de la comunidad religiosa a la que me he unido, han olvidado el núcleo teológico del Islam y lo han enterrado bajo adustas normas de comportamiento que quieren imponer a los demás, musulmanes y no musulmanes por igual, a pesar de que Dios dice claramente en el Corán que “no cabe coacción en asuntos de fe”. (2:256). Admito que a veces me siento bastante desilusionado con ciertas interpretaciones que he encontrado entre los musulmanes sobre lo que constituye una práctica y un comportamiento islámicos legítimos. Les aseguro que la gente con mentalidad de Talibán no se limita a Afganistán.
Y me enferma la filosofía politizada y llena de odio que se hace pasar por Islam, cuando en realidad no sólo viola las normas islámicas más básicas sobre la guerra, sino que a menudo demuestra una completa ausencia de confianza en la promesa de Dios de que nadie sufrirá más allá de lo que puede soportar. Estos extremistas han hecho que la difusión del Islam retroceda décadas. A veces no puedo dejar de hacerle eco al lamento del británico converso Michael A. Malik[1]: “El Islam es maravilloso, pero no puedo soportar a los musulmanes”.
Pero a pesar de mi decepción frecuente con el comportamiento y las actitudes de muchos de aquellos que se autodenominan musulmanes, en términos de creencias sobre la naturaleza de Dios, seguiré creyendo en la Unidad y Unicidad de Dios toda mi vida.
Hace algún tiempo, un amigo protestante estadounidense llamó mi atención con una cita de Martín Lutero:
Cada quien debe hacer su propia creencia, ya que tendrá que hacer su propia muerte.
Estoy completamente en paz conmigo mismo respecto a mis nuevas creencias teológicas de monoteísmo puro ejemplificadas por el Islam. Y esta es mi declaración de fe:
Él es Allah, la única divinidad.
Qul Huwa Al-lahu ‘Ahad
Allah es el Absoluto [de Quien todos necesitan, y Él no necesita de
nadie].
Al-lahu As-Samad
No engendró ni fue engendrado.
Lam Ialid Wa Lam Iulad
Y no hay nada ni nadie que se asemeje a Él. (Corán, Sura 112)
Walam Iakun Lahu Kufuan ‘Ahad.
Atestiguo que no hay más divinidad que Dios
Ash-hadu an la ilaha ila Al-lah
y atestiguo que Muhammad es un Profeta de Dios.
Wa ash-hadu anna Muhammadan rasul Al-lah.
Gracias a mis padres
Finalmente, quiero expresar mi sincero agradecimiento a mis padres –devotos católicos practicantes– quienes, aunque desaprueban fuertemente mi conversión al Islam en el terreno teológico, han aceptado mi decisión y han seguido mostrándome mucho amor, comprensión, sensibilidad y apoyo práctico. He sido muy bendecido en ese sentido.
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