James, excristiano, Estados Unidos
Descripción: Cómo las acciones de un musulmán y la claridad del mensaje del Corán llevaron a James al Islam.
- Por James
- Publicado 29 Aug 2016
- Última modificación 29 Aug 2016
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Todo comenzó a finales de la década de 1990. Yo era un oficial de la policía de San Diego y había terminado haciendo trabajo de escritorio. Estaba en medio de una investigación de asuntos internos. Por supuesto, estos tipos de investigaciones parecen no terminar jamás. Tuve la oportunidad de trabajar con otro oficial, y luego de estar así durante unas semanas, tuvimos la oportunidad de hablar de diversos temas. Nunca hablamos sobre el Islam, aunque sabía que ese oficial era musulmán. Lo sabía porque nos conocimos durante el mes de Ramadán, así que vi de primera mano el sacrificio que hacía durante el día. A menudo me pregunté: "¿Cómo podría yo hacer eso, y por qué?". A medida que pasábamos tiempo juntos, veía cómo él interactuaba con el público y los demás oficiales, así como con los superiores. En varias ocasiones tomaba su hora de almuerzo y se iba a la mezquita local. Me sorprendía que regresaba en menos de una hora.
Siempre pensé que ir a la mezquita era un asunto de todo el día, no tenía idea de lo que implicaba ir a la mezquita. Convertirme en oficial de policía había sido mi sueño de toda la vida, así que cuando lo logré, pensé que era mejor que la mayoría. Miraba a la gente común con altivez e incluso dejé de lado a mis anteriores amigos. Al pasar más tiempo con este oficial, comencé a hacerle preguntas sobre el Islam. No tenía idea acerca de la diferencia entre la "Nación del Islam" (NOI por sus siglas en inglés, Nation Of Islam) y el Islam verdadero.
Él fue muy paciente conmigo y me explicó la diferencia entre ambas religiones. Siempre tenía un Corán sobre la mesa, y le pregunté si podía leerlo. Por supuesto, me dijo "sí", y así comencé mi viaje. No fui criado de forma religiosa, pero mi madre era una bautista devota, así que tenía cierta idea de lo que era la religión. Sin embargo, nunca me entró en la cabeza que Jesús (que la paz sea con él) fuera Dios, y que Dios fuera Jesús, y que además un espíritu santo lo mezclaba todo por si acaso. Me parecía que la gente solo rezaba los domingos, durante los estudios bíblicos de los miércoles, y cuando quería que le ocurriera algo bueno.
Así que comencé a leer el Corán sin saber realmente qué estaba leyendo, pero me parecía que tenía sentido. Era muy claro, no una cosa mística y misteriosa. Sin embargo, eso solo me picó el interés. Me habían lavado el cerebro con lo que me habían enseñado durante mucho tiempo. Durante unos diez años, hice mi investigación sobre esa cosa denominada Islam. Posteriormente, tuve que dejar todas mis cosas materiales y mudarme a la costa este para cuidar a mi madre. Me obsesioné con tratar de lograr el éxito y cuidar a mi madre. Cuidarla me consumió tanto tiempo, que me alejé de mi viaje. Sin embargo, de vez en cuando volvía a mi investigación. Me esforzaba mucho en encontrarle alguna falla al Islam. Pero no importaba cuánto lo intentara, no podía hallarla.
Dos cosas muy importantes ocurrieron a mediados de la década del 2000. Mi madre falleció, que Dios bendiga su alma, y yo comencé a creer en el Islam. Sin embargo, aunque ya lo había aceptado en mi corazón, no había dado aún mi Shahada. Me tomó algunos años más hacerlo. Dije mi Shahada en el año 2009. En ese momento de mi vida, había tenido la oportunidad de regresar a la costa oeste, después de lo cual me di cuenta de que la mujer por la que había esperado durante mucho tiempo, nunca había cambiado lo suficiente para que pudiéramos tener una vida. Fue cuando me enfilé para seguir verdaderamente el Islam y comenzar a vivir mi vida para mí y para Al-lah, y nunca miré hacia atrás.
Al-lah ordena todo lo que ocurre, y a veces quedamos admirados de Su sabiduría. Tuve el infortunio de que me amputaran la pierna por encima de la rodilla. Este evento cambió mi vida en muchas formas. Después de permanecer tres meses en el hospital local, fui dado de alta y tuve la fortuna de mudarme con un viejo amigo. Después de recuperarme durante un año y de aprender a desenvolverme sin mi pierna, me aventuré a salir por cuenta propia y a visitar la mezquita local. Conocí a personas muy agradables que comenzaron a enseñarme la forma correcta de rezar, etc. Al estar discapacitado, tengo algunas restricciones y limitaciones. Estaba muy preocupado de no ser aceptado, pero todo ha salido muy bien.
Todos los días aprendo algo nuevo de esta gran religión. Espero que mi historia lleve a otros hacia el Islam.
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