La historia de Moisés (parte 6 de 12): Una Conversación Asombrosa
Descripción: La historia hasta ahora.
- Por Aisha Stacey (© 2012 IslamReligion.com)
- Publicado 28 May 2012
- Última modificación 27 May 2012
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En una noche oscura, a la sombra del Monte Tur, Dios le confirió la profecía a Moisés. Su primera orden fue que buscara al Faraón.
“Ve ante el Faraón, pues se ha extralimitado.” (Corán 20:24)
Moisés huyó de Egipto temiendo por su vida, había pasado 10 años en un país fuera de la jurisdicción del Faraón. Ahora, Dios le estaba diciendo que debía encarar su mayor miedo. Debía enfrentarse al corrupto Faraón, el hombre que Moisés estaba seguro quería verlo ejecutado. Moisés volvió a sentir el temor que lo había sostenido durante su largo viaje por el desierto. Respondió así a las palabras de Dios:
“¡Señor mío! He matado a un hombre de los suyos y temo que me ejecuten.” (Corán 28:33)
Moisés sintió miedo, pero entendió que Dios era completamente capaz de brindarle todo el apoyo que necesitaba para una misión que parecía prácticamente imposible. Moisés hizo una súplica: pidió fortaleza y facilidad en esta misión tan difícil. Le pidió a Dios que abriera su pecho y le concediera elocuencia, confianza en sí mismo y alegría. También le pidió a Dios que lo fortaleciera dándole en su profecía un compañero capaz y de confianza, su hermano Aarón.
El diálogo entre Dios y Moisés es una de las conversaciones más sorprendentes que aparecen en las páginas del Corán. Las palabras de Dios se entregan con elocuencia y claridad. Ellas pintan el retrato de un hombre fuerte pero humilde, cautivado por su encuentro con Dios. Ellas entregan el sentido etéreo de que Dios es Todopoderoso, Omnipotente, pero también lleno de misericordia y amor hacia Sus siervos.
Dijo [Moisés]: ¡Oh, Señor mío! Abre mi corazón [disponiéndolo para que pueda recibir la profecía], facilítame mi misión, haz que pueda expresarme correctamente para que comprendan mi mensaje, Asígname de mi familia para que me ayude [en la transmisión del Mensaje] a mi hermano Aarón, fortaléceme con él, y asóciale en mi misión [y desígnalo Mensajero igual que a mí], para que Te glorifiquemos y Te recordemos mucho. Por cierto que Tú bien sabes nuestra necesidad de Ti.
Dijo [Allah]: Te ha sido concedido lo que pides ¡Oh, Moisés! Y por cierto que anteriormente también te agraciamos, cuando le inspiramos a tu madre [y le dijimos]: Ponlo en un cesto y déjalo en el río, que éste lo llevará hasta una orilla y será recogido por un enemigo Mío y suyo [el Faraón]. Y por cierto que infundimos en ellos [el Faraón y su gente] amor por ti, y creciste bajo Nuestra observancia [y protección]. Cuando tu hermana, que seguía tus rastros, le dijo [al Faraón, al ver que ninguna nodriza podía amamantarte]: ¿Acaso queréis que os indique alguien que puede encargarse de cuidarlo? Y así te devolvimos a tu madre para que se alegrara y no se entristeciera. Y cuando mataste a un hombre [del pueblo del Faraón] te salvamos de que tomaran represalias contigo, y así te probamos de distintas maneras. Y luego de permanecer unos años en Madián regresaste por decreto Nuestro ¡Oh, Moisés!
Y ciertamente te he elegido [para que seas uno de Mis Mensajeros].
Id tú y tu hermano con Mis signos, y no dejéis de recordarme. Presentaos ante el Faraón, pues se ha extralimitado, y habladle cortésmente, para que así recapacite o tema a Dios y se arrepienta.
Dijeron: ¡Oh, Señor nuestro! Tememos que nos reprima y se propase con nosotros.
Dijo [Allah]: No temáis, pues Yo estoy con vosotros escuchando y observando todo. Id ante él y decidle: Somos Mensajeros enviados por tu Señor para que dejes ir con nosotros a los Hijos de Israel, y no los tortures. Por cierto que hemos venido con un signo de tu Señor, y quien siga la guía estará a salvo. Nos ha sido revelado que quien desmienta [el Mensaje que hemos traído] y vuelva la espalda será castigado. (Corán 20:25-48).
Esta breve conversación cambió la vida de Moisés. Le enseñó lecciones sobre sí mismo, sobre su mundo, sobre la naturaleza de la humanidad, y más importante aún, sobre la naturaleza de Dios. Hoy día, sigue enseñando lecciones importantes a la humanidad. Sobre una base diaria, las palabras del Corán cambian vidas. Las lecciones aprendidas en la historia de Moisés son tan relevantes hoy día como lo fueron hace miles de años.
Al leer la historia de Moisés hasta el momento, hemos aprendido la importancia de confiar en Dios, hemos aprendido el plan de los seres humanos y el esquema, pero el pan de Dios puede vencer cualquier triunfo, prueba o ensayo. La historia de Moisés nos ha enseñado que no hay alivio en los tormentos de este mundo excepto con el recuerdo y la cercanía de Dios.
La historia de Moisés nos enseña que Dios puede sustituir la debilidad con fortaleza y el fracaso con victoria, y que Dios apoya a los justos a partir de fuentes inimaginables. Ahora bien, ya que Dios confirió la profecía a Moisés y a su hermano Aarón, aprendemos el verdadero significado de la hermandad y el verdadero significado de por qué la elección de compañeros rectos puede ser la llave del paraíso.
Moisés quería que su hermano fuera su compañero en la profecía y en esta peligrosa misión para hacerle frente al Faraón, debido a que Aarón era fuerte y honesto, y también un orador elocuente y persuasivo. Siempre que una persona se encuentra unido a su hermano en un propósito común, unidos en su adoración a Dios, unidos en la rectitud, ambos son imbatibles, incluso frente al enemigo más formidable.
Ibn Kazir narró que Moisés y Aarón fueron juntos con el Faraón y le entregaron su mensaje. Moisés le habló al Faraón sobre Dios, Su misericordia y Su paraíso, y sobre la obligación de la humanidad de adorar sólo a Dios.
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