Conoce a Dios, conoce el bien: Dios y la moralidad objetiva (parte 3 de 3)
Descripción: ¿Es la creencia en Dios el único fundamento racional para la moralidad objetiva? Parte 3: Respuesta a quienes niegan que la moral sea objetiva, a quienes mezclan la epistemología moral con la ontología moral, a quienes confunden la moral absoluta con la moral objetiva, y a quienes sostienen que la moralidad es relativa a las normas culturales.
- Por Hamza Andreas Tzortzis (www.hamzatzortzis.com)
- Publicado 01 Apr 2019
- Última modificación 01 Apr 2019
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¿Y si rechazan la moral objetiva?
Como último recurso, algunos ateos tratan de evitar la vergüenza intelectual respondiendo a la conclusión anterior con la negación de que la moral sea objetiva. Está bien, estoy de acuerdo. Si alguien no acepta el axioma de que la moral es objetiva, entonces el argumento no funciona. Pero esa es una espada de doble filo. En el momento en que el ateo niega la objetividad de cualquier afirmación moral, no tiene derecho alguno a señalar con el dedo a la religión, o más específicamente el Islam, de ninguna forma objetiva. No puede siquiera señalar al KKK, al ISIS, ni tampoco a la dictadura de Corea del Norte. La ironía aquí es que eso es exactamente lo que hacen los ateos. Ellos hacen juicios morales que tienen un sabor objetivo para ellos. Deberían ponerles una advertencia a todos sus juicios morales y decir simplemente: "Esta es mi opinión subjetiva". Hacer eso vuelve inútiles sus desacuerdos morales y su indignación. Sin embargo, en el fondo, la mayoría de los seres humanos sanos no niega la objetividad de algunos principios morales básicos, como el asesinato, el robo y el abuso.
Malinterpretando el argumento
Algunos ateos, incluyendo algunos académicos, malinterpretan el argumento al mezclar la epistemología moral con la ontología moral. El argumento que he presentado hasta ahora no tiene que ver con cómo llegamos a saber qué es lo bueno (lo cual se refiere a la epistemología moral), sino que dirige su atención a de dónde proviene la moral y cuál es su naturaleza (lo cual se refiere a la ontología moral). Los mandamientos de Dios proporcionan la base ontológica para que la moral sea objetiva. Cómo llegamos nosotros a saber qué es esa moral, es una cuestión de epistemología moral.
El argumento presentado en este artículo no concierne a la epistemología moral. Este argumento tiene que ver con la ontología moral, que se refiere a los fundamentos y la naturaleza de la moral. El argumento, en su forma más simple, puede presentarse así: Si algo es bueno, ¿es objetivamente bueno? Si es objetivamente bueno, entonces requiere de la existencia de Dios, ya que Él es el único fundamento para el bien objetivo. El argumento no pregunta cómo sabemos cuándo algo es bueno.
Absoluto vs. objetivo
Una preocupación válida que puede ser planteada por el entusiasta y el aspirante a teólogo, es que dentro del discurso teológico islámico (y prácticamente en todos los sistemas de justicia del mundo), existen ciertas situaciones en las que matar se hace moralmente permisible (como en legítima defensa o en defensa de la familia de uno). Por lo tanto, nada es objetivamente malo. Esa es una reflexión interesante, pero confunde la moral absoluta con la moral objetiva, que son muy distintas. La moral absoluta implica que un acto moral es bueno o malo, independientemente de la situación dada. Por ejemplo, alguien que cree que matar es absolutamente malo creerá que matar está mal incluso en defensa propia. La moral objetiva, sin embargo, reconoce fácilmente la sensibilidad al contexto de algunos hechos morales. Un hecho moral objetivo puede ser que matar a seres humanos sin una justificación apropiada está mal. La naturaleza sensible al contexto de esta afirmación moral incluye una advertencia importante de que el asesinato también debe ser injustificado. Por ejemplo, matar a otro ser humano podría considerarse moralmente justificado si la persona que fue asesinada les hubiera estado disparando indiscriminadamente a los niños en una escuela. El argumento que he presentado no implica nociones absolutas de moral.
Nota sobre el relativismo ético
Un relativista ético que sostiene que la moral es relativa a las normas culturales, argumentaría que la discusión sobre moralidad absoluta y objetiva es prueba de que la moral no es objetiva sino relativa. Quienes sostienen que la moral es objetiva argumentarían que lo que la gente cree, siente o hace es irrelevante, y ello no se aleja de las verdades morales objetivas ―y esa es, precisamente, la definición de objetividad―. El relativismo ético es la bancarrota desde esta perspectiva, pues señala las prácticas culturales para refutar lo que es objetivamente cierto. Esto está condenado al fracaso, porque la definición de moral objetiva es que la moral es independiente de los sentimientos, creencias y prácticas culturales, por lo tanto, usar dichas cosas como medios para negar la objetividad de la moral, no tiene sentido.
Este ensayo tiene algunas implicaciones sorprendentes para el ateo. Si los ateos consideran que la moral es objetiva, tienen que admitir que Dios existe, ya que Él es el único fundamento racional para la existencia de la moral objetiva, o tienen que proporcionar una alternativa convincente. Si no pueden hacer esto último, tienen que ignorar su disposición innata que reconoce el bien y el mal objetivos, y rechazar la noción de la moral objetiva. Una vez hacen esto, todos sus señalamientos y juicios morales contra el Islam ―y contra cualquier persona, grupo, política, sociedad o religión en general― quedan reducidos al nivel de la subjetividad personal. El argumento desde la postura de la moral realmente le da sentido a la concepción islámica de lo Divino. Dios es perfectamente bueno y sabio, y Sus mandamientos no contradicen Su naturaleza perfecta. Por lo tanto, Sus mandamientos son perfectamente buenos. Saber esto acerca de dios nos da una base para la moral objetiva. En otras palabras, conocer a Dios es conocer el bien.
Última actualización: 10 de abril de 2017. Tomado y adaptado del libro La realidad divina: Dios, Islam y el espejismo del ateísmo, de venta aquí.
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