El éxito en el Islam (parte 2 de 2): El éxito final es tuyo y está a tu alcance
Descripción: Las diferentes formas en que podemos ayudarnos a nosotros mismos y asegurarnos el éxito final.
- Por Aisha Stacey (© 2016 IslamReligion.com)
- Publicado 01 Aug 2016
- Última modificación 01 Aug 2016
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En la primera parte aprendimos que el Islam tiene que ver con el éxito último. El Paraíso eterno es el éxito máximo, así como el fuego del Infierno es el fracaso final. Existen muchas formas de alcanzar un resultado favorable, pues Dios ha prometido el Paraíso a quienes Lo obedecen. Para ellos, Él promete serenidad, alegría, felicidad y paz mental. Esto, sin embargo, no significa que esas cosas no puedan lograrse en esta vida, así como en la eternidad. Una buena vida es posible para quienes buscan a Dios, el Corán y las enseñanzas auténticas del Profeta Muhammad para obtener guía. El éxito está al alcance y hoy expondremos algunas formas en que podemos alcanzar el éxito en esta vida y asegurar el éxito final.
Rectitud
El Profeta Muhammad nos dio una muy buena definición de rectitud. Dijo: "Rectitud es aquello con lo que el alma está tranquila y el corazón está tranquilo; mientras que pecado es aquello que levanta sospechas en el alma y es desconcertante en el pecho, incluso si la gente da su voto a favor de ello"[1]. Una de las cosas que nosotros los seres humanos definimos como éxito, es la capacidad para dormir bien por las noches, de vivir con la consciencia tranquila, y vemos que la rectitud nos proporciona esto. La rectitud incluye seguir los mandamientos de Dios, esforzarnos en realizar todos los actos de adoración, incluyendo la oración y el ayuno con buena intención y un corazón sincero.
"Al creyente que obre rectamente, sea varón o mujer, le concederé una vida buena y le multiplicaré la recompensa de sus buenas obras". (Corán 16:97)
Amabilidad
Un verdadero creyente es conocido por su comportamiento amable. Los creyentes se esfuerzan por ver lo bueno de todo y de todos. Son los primeros en dar de lo que les gusta a los menos afortunados o necesitados. Un creyente siempre está dispuesto a ayudar a otras personas que necesiten de su ayuda, con un verdadero espíritu de bondad.
"En la mayoría de las conversaciones secretas no hay ningún bien, excepto las que sean para coordinar una ayuda social, hacer una buena acción o reconciliar entre las personas. A quien lo haga anhelando complacer a Dios, lo agraciaré con una grandiosa recompensa". (Corán 4:114)
Dios es bondadoso, Él multiplica la recompensa por las buenas obras y perdona las malas obras. El Profeta Muhammad dijo que Dios decreta tanto las buenas obras como las malas; sin embargo, a quien tiene la intención de hacer una buena obra y no la hace, Dios le registra entre diez y setecientas obras buenas, o más. Y a quien tiene la intención de hace una obra mala y no la hace, Dios le escribe una obra buena completa; pero si teniendo la intención realiza la mala obra, Dios le escribe solo una mala obra[2]. Aquel cuyas buenas obras se ven multiplicadas, es sin duda un triunfador.
Recordar a Dios
Una de las formas más fáciles de sentir alegría y de relajarse es recordar a Dios. Alivia las tensiones y preocupaciones, y enfoca a la persona en el verdadero propósito de la vida que, por supuesto, entendemos que es adorar a Dios en todo lo que hacemos. Sin embargo, la condición humana no siempre es pacífica, la ansiedad puede tocarnos en cualquier momento y no tenemos control sobre ello. Sin embargo, sí tenemos control sobre nuestra reacción. Si reaccionamos acudiendo a Dios, recordamos que Él tiene muchos atributos y nombres por los cuales podemos llamarlo para transitar con éxito por la vía de la vida.
"Los corazones de los creyentes se sosiegan con el recuerdo de Dios". (Corán 13:28)
Confiar en Dios
"Quien deposite su confianza en Dios, sepa que Él le será suficiente". (Corán 65:3)
El camino hacia el éxito se puede encontrar en poner nuestra confianza en Dios. Cuando aceptamos que Dios tiene el control sobre todas las cosas y que Él quiere que nosotros obtengamos el éxito final, podemos comenzar a relajarnos y quizás hallar éxito en nuestras vidas mundanas también. Dios quiere lo que es mejor para nosotros. Si hacemos lo correcto y, a pesar de ello, las cosas no nos salen según las habíamos planeado, eso no significa que hayamos fracasado, sino que el plan de Dios para nosotros no es exactamente lo mismo que habíamos previsto. En este punto, debemos aprender a confiar en Dios.
"Si Dios los auxilia nadie podrá vencerlos. Pero si los abandona, ¿quién podrá auxiliarlos contra Su voluntad? Que a Dios se encomienden los creyentes". (Corán 3:160)
Una última palabra sobre el fracaso
Si sucede algo malo, si las cosas no salen como lo planeamos, eso no es necesariamente una señal de fracaso. La actitud correcta y la acción nos ayudará a enfrentar la situación de la mejor forma posible y, al final, recuerda que es el éxito último (el Paraíso) lo que realmente importa. Dios ha prometido que aquel que muere mientras sigue Su camino, tendrá éxito. Si ocurre algo desagradable o cae una desgracia sobre una persona, esta no debe decir: "Si hubiera hecho esto o aquello, esto no me habría ocurrido", o "si no hubiera hecho esto o aquello, no me habría pasado esto", pues decir estas cosas es señal de no tener paciencia en aceptar lo que se ha perdido y no puede ser recuperado, e indica que no se tiene el entendimiento correcto de la creencia en el decreto divino de Dios. Estos pensamientos negativos causan dolor y le permiten a Satanás obtener poder sobre una persona a través de pensamientos de fracaso y preocupaciones. El Profeta Muhammad dijo: "El creyente más fuerte es mejor y más amado por Dios que el creyente débil, aunque ambos son buenos. Esfuércense por hacer lo que los beneficia y busquen la ayuda de Dios, y no se sientan desamparados. Si algo los afecta, no digan: ‘Si hubiera hecho (esto o aquello) entonces esto y aquello no habría ocurrido’; en lugar de eso digan: ‘Dios ha decretado y lo que Él desea, Él lo hace’. Pues ese ‘si hubiera…’ abre las puertas al trabajo de Satanás"[3].
El Islam guía hacia el camino recto que lleva al éxito en este mundo y en el Más Allá. Sin embargo, está claro que la religión del Islam anima a los creyentes a luchar por el éxito en el Más Allá, porque eso es lo que nuestro Dios Creador denomina el éxito supremo o último.
"Todo ser probará el sabor de la muerte, y cada uno recibirá su recompensa íntegra el Día de la Resurrección. Quien sea salvado del Fuego e ingresado al Paraíso habrá realmente triunfado, porque la vida mundanal es solo un placer ilusorio". (Corán 3:185)
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