El Concepto de Dios en el Islam (parte 2 de 2): Sus Atributos y Su Unicidad

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Descripción: Más sobre el concepto de unicidad de Dios en el Islam. El énfasis de cómo esta unicidad afecta la vida del musulmán.

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  • Publicado 08 Sep 2008
  • Última modificación 21 Sep 2008
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Atributos de Dios

Si el Creador es Eterno y Permanente, entonces Sus atributos deben ser también eternos y permanentes. Si esto es así, entonces sus atributos son absolutos. ¿Puede haber más de un Creador con tales atributos? ¿Puede haber, por ejemplo, dos Creadores absolutamente poderosos? Si se piensa por un momento se llega a la conclusión de que no es posible.

El Corán resume estos argumentos en los siguientes versículos:

“Dios no ha tenido un hijo, ni existe otra divinidad salvo Él. Si así fuera, cada divinidad acapararía su propia creación, y entonces pretenderían predominar unas sobre otras. ¡Glorificado sea Dios! Dios está por encima de lo que Le atribuyen.”. (Corán 23:91)

“Si hubiese habido en los cielos y en la Tierra otras divinidades aparte de Dios, éstos se habrían destruido”.  (Corán 21:22)

La Unicidad de Dios

El Corán nos habla sobre la falsedad de los dioses que se asocian a Dios. A los adoradores de los objetos creados por los hombres Dios les pregunta:

“¿Acaso adoráis lo que vosotros mismos talláis?” (Corán 37:95)

“¿Es que tomáis en vez de Él [ídolos como] protectores que no pueden beneficiarse ni perjudicarse a sí mismos?” (Corán 13:16)

A los adoradores de los cuerpos celestes los cita la historia del Profeta Abraham:

“Y al llegar la noche vio una estrella [y con el fin de hacer que su pueblo reflexionase les dio ejemplos que ellos podían entender] y les dijo: ¡Éste es mi Señor! Pero cuando desapareció exclamó: No adoro a los que se ausentan. Luego, al ver la luna aparecer dijo: ¡Éste es mi Señor! Pero cuando desapareció exclamó: Si no me guía mi Señor me contaré entre los extraviados”. (Corán 6:76-79)

La Actitud del creyente

Para ser musulmán, es decir, someterse libremente a Dios, es necesario creer en la unicidad de Dios, en Él como el único Creador, Conservador, Sustentador, etc. Pero esta creencia por si misma no es suficiente. Muchos de los idólatras creían que sólo el Dios Supremo podía hacer estas cosas. Pero eso no fue suficiente para que fueran considerados monoteístas. Aparte de esta creencia, se debe creer que es solamente Dios quien merece ser adorado, y que eso implica apartarse de la adoración a otros seres.

Habiendo alcanzado este conocimiento acerca del único y verdadero Dios, el hombre debe tener constantemente fe en Él, y no debe permitir que nada le haga apartarse de la verdad.

Esto significa que, si uno se somete de manera voluntaria a Dios sin reservas, y admite que Él es el único que merece ser adorado, debe consecuentemente adorarlo solamente a Él. Es decir que la persona debe buscar ser obediente a Dios y poner en práctica ese conocimiento en la vida diaria. Dios pregunta retóricamente en el Corán:

“¿Acaso creíais que os creamos sin ningún fin, y que no ibais a comparecer ante Nosotros?” (Corán 23:115)

También afirma categóricamente:

“Por cierto que he creado a los genios y a los hombres para que Me adoren”. (Corán 51:56)

De aquí, que cuando la fe entra en el corazón, causa una conciencia que resulta en acciones. Todo junto, conciencia y acciones, son la prueba de la verdadera fe. El Profeta, que Dios le de paz, dijo:

“La Fe es lo que reside en el corazón y la prueban los actos”.

El más importante de estos estados de conciencia es el sentimiento de gratitud hacia Dios, que es la esencia de la adoración.

El sentimiento de gratitud es tan importante que un no creyente es llamado ‘kafir’, que significa ‘el que niega la verdad’ y también ‘el ingrato’.

El creyente ama y le agradece a Dios por lo que Él le ha otorgado, pero siendo consiente del hecho de que sus buenos actos, sean mentales o físicos, están lejos de ser equivalentes a los favores Divinos. Por eso el creyente teme a Dios, se rinde ante Él y le sirve con gran humildad. No se puede alcanzar tal estado sin estar constantemente consciente de Dios. Recordar a Dios es, por lo tanto, la vida de la fe, sin la cual ésta se desvanece y se marchita.

El Corán trata de promover este sentimiento de gratitud al repetir los atributos de Dios con frecuencia. Encontramos que la mayoría de estos atributos se mencionan juntos en los siguientes versículos del Corán:

“Él es Dios, no hay otra divinidad salvo Él, Conocedor de lo oculto y de lo manifiesto. Él es Clemente, Misericordioso. Él es Dios, no hay otra divinidad salvo Él, Soberano, Santísimo, Pacificador, Dispensador de seguridad, Celador, Poderoso, Compulsor y Soberbio. ¡Glorificado sea Dios! Él está por encima de lo que Le atribuyen. Él es Dios, Creador, Iniciador y Formador. Suyos son los nombres [y atributos] más sublimes. Todo cuanto existe en los cielos y en la Tierra Le glorifica. Él es Poderoso, Sabio.”. (Corán 59:22-24)

También dice:

“¡Dios! No existe nada ni nadie con derecho a ser adorado excepto Él, Viviente, se basta a Sí mismo y se ocupa de toda la creación. No Lo toma somnolencia ni sueño. Suyo es cuanto hay en los cielos y la Tierra. ¿Quién podrá interceder ante Él sino con Su anuencia? Conoce el pasado y el futuro; y nadie abarca de Su conocimiento salvo lo que Él quiere. Su Trono se extiende en los cielos y en la Tierra, y la custodia de ambos no Le agobia. Y Él es Sublime, Grandioso”. (Corán 2:255)

“¡Oh, Gente del Libro! No os extralimitéis en vuestra religión. No digáis acerca de Dios sino la verdad: Ciertamente el Mesías Jesús hijo de María, es el Mensajero de Dios y Su palabra [¡Sé!] que depositó en María, y un espíritu que proviene de Él. Creed pues, en Dios y en Sus Mensajeros. No digáis que es una trinidad, desistid, pues es lo mejor para vosotros. Por cierto que Dios es la única divinidad. ¡Glorificado sea! Es inadmisible que tenga un hijo. A Él pertenece cuanto hay en los cielos y la Tierra. Es suficiente Dios como protector”. (Corán 4:171)

Por lo tanto, el monoteísmo tiene tres partes. Debemos creer que Él es el Creador, Sustentador del universo y de todo lo que hay en él; debemos abstenernos de cualquier expresión de idolatría, y dirigir nuestra adoración solamente a Él; y debemos saber que sólo Él posee atributos y nombres divinos, que no podemos aplicarlos a otro ser, sin importar quien sea.

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