Sura 34: Saba
Descripción: Dios lo sabe todo, incluyendo las mentiras que los incrédulos inventan sobre Profeta Muhammad. La gratitud es recompensada, y se les advierte a los incrédulos que su obstinación dará como resultado un castigo severo.
- Por Aisha Stacey (© 2019 IslamReligion.com)
- Publicado 06 May 2019
- Última modificación 06 Mar 2023
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Introducción
La sura de cuarenta y cuatro aleyas, Saba, fue revelada en La Meca. Todos los capítulos revelados en La Meca tienden a concentrarse en los fundamentos de la fe, y ponen especial atención a la creencia en el Día del Juicio y el Más Allá. El título Saba proviene de los versículos 15 a 21, que hablan del castigo a la comunidad de Saba por su ingratitud. La sura también trata de las acusaciones absurdas de locura dirigidas al Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Dios sean él).
Aleyas 1 a 9: Dios es Omnisciente
Todas las alabanzas pertenecen a Dios. Él es el dueño de todo cuanto está en los cielos y en la Tierra. Incluso en el Más Allá, todas las alabanzas Le pertenecen. Sin embargo, los incrédulos dicen que el Día del Juicio jamás les llegará. Están equivocados. Ni siquiera una mota de polvo escapa al conocimiento de Dios y todo está registrado en un Libro. La Hora está establecida, de modo que quienes creen y hacen buenas obras serán recompensados con generosidad, y quienes no creen y trabajan para socavar la advertencia del Profeta, serán castigados con severidad.
Aquellos que tienen conocimiento pueden ver que lo que dice el Profeta Muhammad es cierto, pero algunos de ellos se burlan de él y lo satirizan. Ellos lo llaman mentiroso y dicen que está loco porque advierte de una resurrección después de la muerte. Él no está loco, y quienes dicen eso sufrirán un tormento. Dios puede hacer que la tierra se los trague, o dejar que los fragmentos de los cielos caigan sobre ellos. En eso hay una señal para cada persona que se vuelve a Dios arrepentida.
Aleyas 10 a 14: David y Salomón son agradecidos
David fue colmado con las bendiciones de Dios. Él recitaba alabanzas a Dios con las montañas y los pájaros. Dios dotó a David con gran habilidad para trabajar los metales, en especial el hierro, y le ordenó que hiciera cotas de mallas y armaduras con él. Dios lo ve todo. Dios favoreció a Salomón con control sobre el viento y con una fuente de bronce fundido. Muchos de los yinnes trabajaron para Salomón haciendo palacios, estatuas, fuentes de agua y otras cosas asombrosas. Si desobedecían, Dios los castigaba con severidad. Dios le dijo a la familia de David que obraran el bien con agradecimiento, señalando que la mayoría de las personas son ingratas. Cuando Salomón murió, los yinnes no se dieron cuenta de que estaba muerto hasta que una pequeña criatura que se comía su bastón lo hizo caer. Si hubieran sabido que Salomón estaba muerto, no habrían seguido trabajando.
Aleyas 15 a 21: El pueblo de Saba es desagradecido
La gente de Saba tenía dos jardines maravillosos, uno a la izquierda y el otro a la derecha. Dios les dijo que comieran de lo que Él proveía y que fueran agradecidos. Ellos se negaron y se alejaron de Dios. Dios los castigó haciendo que la presa se rompiera, inundándolos por completo. Debido a su falta de gratitud, Dios remplazó sus dos bellos jardines con frutas amargas y árboles espinosos escasos. Así les paga Dios a los ingratos. Dios permitió que el pueblo de Saba viajara fácilmente entre las ciudades que Él había bendecido. Ellos pudieron viajar con seguridad tanto de día como de noche, pero fueron insolentes y se quejaban de la facilidad que tenían. Por su ingratitud no se les permitió existir más como nación y fueron dispersados por la tierra, convirtiéndose en meras historias que la gente contaba. En esto hay señales para quienes son pacientes y agradecidos. Satanás no puede obligar a la gente a la desobediencia, pero Dios le ha dado el poder de susurrar a la humanidad y seducirla, para que sirva de prueba a fin de distinguir a los que son sinceros y creen en el Más Allá de aquellos que tienen dudas sobre la llegada del Juicio.
Aleyas 22 a 30: Un Dios, sin asociados
Si invocas a otras deidades, encontrarás que estas no tienen control sobre nada, ni siquiera sobre una mota de polvo. No son ayuda para Dios y no tienen capacidad de interceder. En el Día del Juicio, la intercesión solo funcionará cuando Dios dé Su permiso. Dios dice la verdad y Él es Quien da el sustento. Dios no tiene socios y juzgará con equidad. El Profeta Muhammad fue enviado para traer albricias y una advertencia, pero la mayoría de la gente elije no entender. Preguntan cuándo llegará el Día del Juicio. El conocimiento de cuándo solo lo tiene Dios y nadie tiene autoridad para cambiarlo.
Aleyas 31 a 39: Advertencia a todas las comunidades
Los incrédulos dicen que no creerán en el Corán ni en las escrituras reveladas anteriormente. Si el Profeta Muhammad pudiera ver cómo los incrédulos actuarán cuando estén de pie frente a Dios… Se reprocharán unos a otros y se acusarán mutuamente, pero todos se callarán con pesar cuando los collares de hierro se cierren alrededor de sus cuellos. Serán retribuidos por lo que hicieron.
Aleyas 40 a 54: El Profeta Muhammad dice la verdad
En el Día del Juicio se les preguntará a los ángeles si las personas los adoraron. Ellos contestarán con vehemencia que no, sino que adoraron a los yinnes. Luego, los incrédulos probarán el Fuego en el que no quisieron creer. Cuando los mensajes de Dios les son recitados, se alejan y dicen que el Corán es una mentira, y cuando la verdad les llega, la llaman hechicería. Los pueblos anteriores negaron los mensajes de Dios y Su reproche fue terrible.
El Profeta Muhammad no está loco ni es un mentiroso, él solo advierte sobre un sufrimiento severo que está por venir. Muhammad no pide recompensa alguna de la gente, su recompensa está solo con Dios. Dios expone la verdad y Él tiene conocimiento de lo oculto. La verdad ha llegado y la falsedad se ha ido y ha perecido. Si pudieran vislumbrar el Más Allá, verían cuán aterradas están algunas personas, y estas no tienen escapatoria. Tuvieron muchas oportunidades que ahora se han ido para siempre. No podrán volver para acumular buenas obras. Estaban en negación total y ahora están desesperadas.
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