Sura 16, aleya 18: Las innumerables bendiciones de Dios
Descripción: Las bendiciones que disfrutamos son innumerables. El siguiente versículo nos recuerda eso y nos hace reflexionar acerca de cuál es la mejor forma de expresar nuestra gratitud por esas bendiciones.
- Por islamtoday.net [edited by IslamReligion.com]
- Publicado 04 Dec 2017
- Última modificación 15 May 2019
- Impreso: 5
- Visto: 6,595 (promedio diario: 3)
- Clasificado por: 131
- Enviado por email: 0
- Comentado: 0
"Si intentaran contar las gracias de Dios no podrían enumerarlas. Dios es Absolvedor, Misericordioso" (Corán 16:18).
Nuestras vidas son una sucesión continua de regalos de Dios. Mucha gente, debido a su visión de la vida o a sus circunstancias, no logra ver que recibe la generosidad de Dios. Dios nos ha dejado claro que jamás seremos capaces de contar Sus bendiciones sobre nosotros, pues son innumerables.
Esta afirmación se repite mucho en el Corán, haciendo énfasis en la ingratitud de la humanidad y su ignorancia respecto a las bendiciones de Dios: "Él les ha dado todo cuanto Le han pedido. Si intentaran contar las bendiciones de Dios no podrían enumerarlas. El ser humano es injusto y desagradecido" (Corán 14:34).
Considera el cuerpo humano: está hecho de cien billones de células. Cada célula es una bendición de Dios. Pero esto no significa que solo hay cien billones de bendiciones en el cuerpo humano, hay muchas más, ya que las bendiciones de Dios se manifiestan a sí mismas dentro de cada una de esas células de innumerables maneras. Además, cada célula está expuesta a un número incalculable de amenazas potenciales, desde virus y cáncer a una infinidad de defectos, y Dios, a través de Su misericordia, protege a las células de todo esto. Por lo tanto, no podremos jamás enumerar las bendiciones que Dios, a cada instante, nos concede dentro de nuestros propios cuerpos.
Incluso si tenemos idea de que las bendiciones que Dios nos otorga son de número infinito, dicho número no tiene en cuenta las desgracias que Dios nos evita, aunque Él sin duda pone a prueba a algunos de Sus siervos con dichos infortunios. Luego están todas las bendiciones que Dios les otorgó a nuestros ancestros, a nuestros contemporáneos y a nuestros descendientes, y los incalculables aspectos de la creación sobre los que dependen nuestras vidas.
Dios nos recuerda: "Todas las gracias que tienen provienen de Dios. Pero ustedes solo recurren a Él cuando padecen una desgracia" (Corán 16:53).
Debemos mirarnos a nosotros mismos y a la forma en que nos comportamos en relación a las bendiciones de Dios. ¿Las usamos en obediencia a Sus mandamientos? ¿Nos damos cuenta de que Dios tiene un derecho sobre nosotros en todo lo que Él nos brinda? Si somos bendecidos con riqueza, el pobre tiene un derecho en ella. Si somos bendecidos con conocimiento, quienes tienen sed de conocimiento tienen un derecho en él. Por cada habilidad con la que somos bendecidos, aquellos que carecen de ella tienen un derecho en esta.
Debemos alabar a Dios por habernos dado la capacidad de hacer lo que otros no pueden. Parte de las gracias que Le debemos a Dios está en dar algo de aquello con lo que hemos sido bendecidos a aquellos que no han recibido la misma bendición. Debemos recordar que toda bendición que disfrutamos tendrá, inevitablemente, un final. Ya sea que perdamos dicha bendición en algún momento de nuestras vidas, o que fallezcamos y dejemos atrás esa bendición.
Otro aspecto de nuestra gratitud hacia Dios es servirle a Él con lo que Él nos da y utilizarlo en formas que sean lícitas y que Lo complazcan. No debemos ser como el Faraón. Alguna gente sabia le advirtió: "No te jactes [de lo que tienes] porque Dios no ama a los arrogantes" (Corán 28:76).
El Faraón respondió: "Lo que se me ha concedido es gracias a mi conocimiento" (Corán 28:78).
Así que Dios nos dice: "¿Acaso no sabía que Dios ya había destruido naciones más poderosas y con más riquezas que él? [Debido a lo terrible de sus faltas,] a los perversos no se les preguntará por sus pecados" (Corán 28:78).
A menudo no nos damos cuenta de una bendición que tenemos hasta que la perdemos o nos vemos amenazados con perderla. ¿Cuántas de nuestras facultades, miembros y talentos damos por sentados? Estas son solo algunas de las bendiciones en nuestros cuerpos. ¿Cuántas bendiciones nos rodean, nuestras familias, nuestros amigos, nuestro trabajo, el estatus que disfrutamos, las conexiones que tenemos, incluso nuestras esperanzas y sueños?
El mundo en el que vivimos es también una bendición, pues posee todo lo necesario para que la vida prospere. ¿Cuántos otros planetas vemos y estamos descubriendo, que son similares a la Tierra en tamaño y otras características, pero son estériles, hostiles e inhabitables?
Alabado sea Dios, Quien posee todas las cosas y Quien da sin medida.
Agregar un comentario