¿Qué es un milagro?
Descripción: La diferencia entre milagro, karamah y magia.
- Por Aisha Stacey (© 2016 IslamReligion.com)
- Publicado 28 Mar 2016
- Última modificación 30 Jan 2022
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El Islam define un milagro como un acto extraordinario que es contrario a las leyes naturales y solo puede ocurrir a través de la intervención directa de Dios Todopoderoso. La palabra árabe para milagro es mu’yizah. Esta deriva de la palabra árabe ayz, que significa algo que incapacita, que no puede ser resistido, único. De acuerdo al Islam, los milagros son realizados con el permiso de Dios por parte de los profetas de Dios. Los milagros no son magia, que es por definición un truco o ilusión. Los milagros tampoco son eventos producidos por eruditos justos que no son profetas de Dios. Esos eventos son denominados karamah. De modo que encontramos tres categorías diferentes: milagros, karamahs y magia.
Dios envió a los profetas y mensajeros principalmente para guiar a la humanidad. Ellos fueron seres humanos de carácter excepcional, piadosos y confiables, a quienes la gente podía emular y recurrir en busca de guía. Ellos no fueron dioses, semidioses ni santos con cualidades divinas; sino que fueron mortales encargados de realizar una tarea difícil. Poseían características excepcionales debido a que se vieron obligados a enfrentar pruebas y tribulaciones extraordinarias a fin de difundir el mensaje de adoración a Dios y solo a Él.
"No he creado a los yinnes y a los seres humanos sino para que Me adoren". (Corán 51:56)
A fin de hacer creíble a cada Profeta en su tiempo y lugar particulares, Dios les concedió milagros pertinentes, relevantes y entendibles para el pueblo al que cada uno fue enviado. En la época de Moisés, la magia y la hechicería eran predominantes, de modo que los milagros de Moisés apelaban a la gente a la que él fue enviado para guiar. En la época de Muhammad, los árabes, aunque en su mayoría iletrados, eran maestros de la expresión oral. Su prosa y su poesía eran consideradas extraordinarias y un modelo de excelencia literaria, y el milagro del Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) fue de esa naturaleza y mucho más. El milagro que definió al Profeta Salomón fue su reino único. En la época de Jesús, los israelitas tenían amplios conocimientos en el área de la medicina; en consecuencia, los milagros que realizó Jesús fueron de esta naturaleza, e incluyeron devolver la vista al ciego, curar al leproso y levantar a los muertos.
"… y curaste al ciego de nacimiento y al leproso con Mi permiso, y resucitaste al muerto con Mi permiso". (Corán 5:110)
Un karamah es un asunto o acontecimiento extraordinario que es producido a manos de un creyente que obedece a Dios, se abstiene del pecado, y cuya piedad está en un nivel muy elevado a los ojos de Dios. A diferencia de un milagro, que está destinado para ser hecho públicamente para que la gente pueda reconocer la veracidad de un Profeta, un karamah por lo general solo beneficia a aquel a quien le es concedido. Un karamah puede incluir cosas como conocimiento, poder o algo asombroso, como el karamah que le fue dado a Usaid Ibn Al Hudair, uno de los compañeros del Profeta. Un grupo de ángeles en una nube de luz le dio sombra a Usaid mientras estaba recitando el Corán[1]. Un karamah también ocurrió para María, la madre del Profeta Jesús.
"El Señor la aceptó complacido, e hizo que se educase correctamente y la confió a Zacarías. Cada vez que Zacarías ingresaba al templo la encontraba provista de alimentos, y le preguntaba: ‘¡María! ¿De dónde obtuviste eso?’. Ella respondía: ‘Proviene de Dios, porque Dios sustenta sin medida a quien quiere’". (Corán 3:37)
Un milagro solo puede resultar en algo bueno, y es dado por el Todopoderoso a los profetas como señal de su veracidad. A esto se le suma una vida de moral y carácter ejemplares y un mensaje de bondad.
La magia también puede producir algo extraordinario, sin embargo, no puede venir nada bueno de la magia. Esta es realizada por gente malvada y es hecha para buscar la ayuda de los demonios y acercarse a ellos[2]. Los milagros no pueden aprenderse ni ser deshechos, mientras que la magia puede ser aprendida, cancelada o deshecha.
El encuentro del Profeta Moisés con los magos de la corte del Faraón explica la diferencia entre la magia y los milagros.
"Dijeron [los hechiceros]: ‘¡Oh, Moisés! Arroja tú o lo hacemos nosotros’. Dijo: ‘¡Arrojen ustedes!’. Cuando los hechiceros arrojaron [sus varas], hechizaron los ojos de la gente y los aterrorizaron. Su hechizo era poderoso. Pero le revelé a Moisés: ‘Arroja tu vara’, y [al transformarse en serpiente] se tragó [la ilusión que los hechiceros] habían hecho. Entonces quedó en evidencia la verdad y la falsedad de lo que [los hechiceros] habían hecho. Y fueron vencidos [los hechiceros] quedando humillados. (Corán 7:115-120)
Los magos entendieron que Moisés no estaba realizando un truco ni una ilusión, como habían hecho ellos. Entendieron bien el engaño y supieron que los actos de Moisés eran un milagro. Aceptaron entonces la verdad y cayeron postrados ante Dios, sabiendo que iban a provocar su muerte por desobedecer al Faraón.
Los milagros pueden ser de dos tipos: los que se producen a petición de la gente que quiere una señal de la veracidad del Profeta que les fue enviado, y los que ocurren sin ser solicitados. Un ejemplo del primer tipo es cuando el pueblo del Profeta Saleh pidió que él sacara de detrás de una montaña una camella y su descendencia. Igualmente, cuando los incrédulos de La Meca le pidieron al Profeta Muhammad que les mostrara un milagro, él les mostró la división de la Luna. Uno de los compañeros del Profeta mencionó este evento diciendo: "Estábamos con el Mensajero de Dios en Mina, cuando la Luna se dividió en dos partes. Una parte estaba detrás de la montaña y la otra estaba a este lado de la montaña. El Mensajero de Dios nos dijo: ‘Sean testigos de esto’"[3].
Un ejemplo del segundo tipo es lo que ocurrió cuando el tronco del árbol lloró y clamó por el Profeta Muhammad. El Profeta Muhammad solía dar su sermón del viernes mientras se apoyaba en una palmera. Uno de sus seguidores sugirió hacerle un púlpito y así lo hicieron. Así que el viernes siguiente, cuando el Profeta estaba en el púlpito, el tronco del árbol comenzó a sollozar como un niño.
Los musulmanes creen que el Corán es, en sí mismo, un milagro. El Profeta Muhammad dijo: "A todo Profeta se le concedió milagros a fin de que su pueblo creyera; pero a mí se me ha concedido la revelación divina que Al-lah me ha dado, así que espero que mis seguidores lleguen a superar a los seguidores de los demás profetas en el Día de la Resurrección"[4]. El Profeta Muhammad estaba dando a entender que el Corán mismo es el milagro más grande de todos los tiempos, es un libro milagroso lleno de milagros de todo tipo. Su revelación, su excelencia literaria y su contenido, incluyendo información científica, profética e histórica, contribuyen a darle al Corán el estatus de milagro.