La brujería en el Islam (parte 2 of 2): La cura
Descripción: El Islam ofrece diversos remedios para curar a una persona de los efectos de la brujería.
- Por Aisha Stacey (© 2015 IslamReligion.com)
- Publicado 19 Oct 2015
- Última modificación 19 Oct 2015
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El Profeta Muhammad (que la paz y las bendiciones de Dios sean con él) nos dijo que la brujería es real y que es peligrosa, tanto física como espiritualmente. Sin embargo, si enfrentamos un problema o nos enfermamos, no debemos pensar automáticamente que hemos sido perjudicados por la brujería. A menudo, aquellos que creen que realmente están afectados por la brujería, lo primero que piensan es utilizar la brujería también para curarse. Esto es totalmente incorrecto. El mal no puede, bajo ninguna circunstancia, ser removido con más mal. El mal solo puede ser curado o removido con el bien.
Muchas enfermedades de la mente y del cuerpo imitan los efectos de la magia, por lo tanto, una persona siempre debe buscar ayuda de médicos calificados antes de llegar a la conclusión de que un hechizo le ha sido lanzado. Sin embargo, la realidad es que Dios permite estas cosas en nuestras vidas, ya sea como una prueba o como un medio para lograr una recompensa mayor. Nada ocurre sin el permiso de Dios, y Dios puede curar a la persona afectada por la brujería sin ninguna acción por parte de la persona afectada ni de otras personas en su nombre, porque Él tiene poder sobre todas las cosas y Él es Sabio en todo lo que hace.
"Cuando Él decide decretar algo, le dice: ‘¡Sé!’, y es". (Corán 36:82)
El Profeta Muhammad nos dijo que "la mayor recompensa viene con la mayor prueba. Cuando Dios ama a la gente, la pone a prueba. Quien acepta esto gana Su complacencia, y quien está descontento con esto gana Su ira"[1]. Dios no nos deja indefensos ante ningún peligro, y eso incluye la brujería. Existen muchas formas de protegernos de los efectos nocivos de la brujería. Estas comienzan con las palabras de Dios: El Corán.
Recitar versículos del Corán, hacer ciertas súplicas y pronunciar palabras de recuerdo de Dios, creará una barrera protectora entre una persona y los daños de la brujería, por lo que es muy buena idea hacer de esto una práctica habitual. El libro de apertura del Corán es conocido como el mayor capítulo y una de las mayores formas de protección, junto con otros versículos y capítulos del Corán, incluyendo los últimos tres capítulos, y el capítulo 2 versículo 255. Este último es conocido como el mayor versículo en el Corán, y el Profeta Muhammad dijo que todo aquel que recite este versículo durante la noche quedará protegido hasta la mañana, y quien lo recite en la mañana estará protegido hasta el ocaso[2].
El Corán habla extensamente sobre la brujería en el capítulo 2, y este capítulo es uno de los mayores medios de protección contra todo tipo de mal. Es sabio recitarlo o escucharlo en casa con regularidad.
"Pero sí seguían lo que recitaban los demonios durante el reinado de Salomón. Sepan que Salomón no cayó en la incredulidad, sino que fueron los demonios quienes enseñaban a la gente la hechicería y la magia que transmitieron los ángeles Harut y Marut en Babilonia. Ellos no le enseñaban a nadie sin antes advertirle: ‘Nosotros somos una tentación, no caigan en la incredulidad’. A pesar de la advertencia, aprendieron de ellos cómo separar al hombre de su esposa, aunque no podían perjudicar a nadie sin el permiso de Dios. Lo que aprendían los perjudicaba y no los beneficiaba. Pero los hijos de Israel sabían que quien practicara la hechicería no tendría éxito en la otra vida. ¡Qué mal vendieron sus almas! Si supieran". (Corán 2:102)
Toda persona, ya sea que esté afectada por la brujería o no, debe tratar de depender solo de Dios y poner toda su confianza en Él en todos los asuntos, sabiendo que Dios no envía una enfermedad para la que no haya cura. Dios nos ha brindado medios permisibles para el tratamiento de aquellos que han sido perjudicados por la brujería, y para protegernos de ella. Una persona debe volverse hacia Dios, pedirle con una súplica al comienzo del día, en la noche y después de cada oración. Pues Dios es Quien elimina el daño y alivia la angustia, y Él es misericordioso, Él responde las súplicas de todos los que Lo invocan. Además, mientras nos aferremos a Dios, busquemos refugio en Él y pongamos nuestra confianza en Él podremos obtener protección de la brujería, esforzándonos por hacer lo que es correcto ante los ojos de Dios y apartándonos del pecado.
Por último, vamos a exponer algunos puntos importantes a tener en cuenta con respecto al tema de la brujería. La brujería a menudo es denominada "magia negra". Esto da la falsa impresión de que existe algo llamado "magia blanca" que no es dañina o peligrosa. Magia es magia, no importa qué color se utilice para describirla. Aunque la intención del que la practica puede variar de lo malo a lo bueno, a los creyentes se les ha dicho categóricamente que se mantengan alejados de la magia en todas sus formas.
Existe mucha información sobre la curación de una persona afectada por la brujería circulando en internet, información que resulta muy peligrosa, tan peligrosa como la propia brujería. Algunos sitios te dirán que los síntomas físicos de mala salud son señales de un hechizo, y esto a menudo es incorrecto. La gente que sufre de síntomas similares a los de la gripe o de condiciones extrañas, debe buscar ayuda de médicos profesionales. Enfermedades mentales bien conocidas y entendidas a menudo son falsamente diagnosticadas como efectos de la brujería; esto es particularmente peligroso, en especial cuando una persona sufre de ilusiones o alucinaciones. Cuando los esfuerzos médicos han sido agotados y los síntomas no han sido explicados, entonces es sabio buscar ayuda de una persona calificada en el conocimiento islámico. Sin embargo, debes asegurarte de que cualquier "cura" que se te proponga u ofrezca debe estar acorde estrictamente con las instrucciones dadas por Dios y Su Mensajero, el Profeta Muhammad.
Por último, recuerda que utilizar las palabras de Dios, que es el Corán mismo, es un escudo contra la magia recomendado en todo momento, pues con ello se logran muchos propósitos, incluyendo acercar a la persona a Dios.