La espada de Muhammad (parte 1 de 2)
Descripción: Un israelí ateo analiza la noción de que el Islam se esparció por medio de la espada. Primera parte: Los Emperadores y los Papas.
- Por Uri Avnery (http://gush-shalom.org, 23/09/06).
- Publicado 01 Mar 2010
- Última modificación 21 Jan 2021
- Impreso: 306
- Visto: 19,604 (promedio diario: 4)
- Clasificado por: 131
- Enviado por email: 0
- Comentado: 0
Desde aquellos días en que el Imperio Romano arrojaba a los cristianos a los leones, la relación entre los emperadores y los líderes de la iglesia ha cambiado mucho.
Constantino el Grande, quien se convirtió en Emperador en el año 306, exactamente hace 1700 años, difundió el cristianismo en el imperio que incluía Palestina. Siglos después, la Iglesia se dividió en la de Oriente (Ortodoxa) y la de Occidente (Católica). En Occidente, el Obispo de Roma, que adquirió el título de Papa, demandó que el Emperador aceptara su superioridad.
La puja entre los emperadores y los papas jugó un rol central en la historia europea y dividió a los pueblos. Tuvo numerosos altibajos. Algunos emperadores destituyeron o expulsaron a un papa, algunos papas destituyeron o excomulgaron a algún emperador. Uno de los emperadores, Enrique VI, “caminó hasta Canossa” por tres días, descalzo en la nieve frente al castillo del Papa, hasta que el Papa se dignó a anular su excomunión.
Pero hubo momentos en que los emperadores y los papas convivieron armoniosamente. Todavía somos testigos de ese período en la actualidad. Entre el Papa actual, Benedicto XVI, y el actual Emperador, George Bush II, existe una maravillosa armonía. El discurso de la última semana dado por el Papa, que levantó una tormenta en diversas partes del mundo, estuvo en concordancia con la cruzada de George Bush contra el “Islamofascismo”, en el contexto del “Choque de Civilizaciones”.
En su lectura ante una universidad alemana, el Papa 265 describió lo que él ve como una inmensa diferencia entre el cristianismo y el Islam: mientras el cristianismo está basado en la razón, el Islam la niega; mientras el cristianismo ve la lógica de las acciones de Dios, los musulmanes niegan que haya alguna lógica en las acciones de Dios.
Como israelí ateo, no pretendo ingresar en este debate. Está mucho más allá de mis humildes habilidades la “lógica” del Papa. Pero no puedo omitir un pasaje que llamó mi atención, como un israelí viviendo cerca de la línea de fuego de esta “guerra de civilizaciones”.
Para demostrar la falta de razón en el Islam, el Papa asegura que el Profeta Muhammad ordenó a sus seguidores esparcir su religión a punta de espada. De acuerdo al Papa, esto es irracional, porque la fe nace en el alma, y no en el cuerpo, ¿Cómo puede la espada tener incidencia sobre el alma?
Para apoyar su argumento, el Papa citó (de entre todas las personas) a un emperador bizantino que perteneció, por supuesto, a la Iglesia de Oriente. Al final del siglo catorce, el Emperador Manuel II Paleólogo dijo de un debate que había sostenido, según él (cómo sucedió está en duda), con un erudito musulmán persa anónimo. En el calor de la discusión, el Emperador (según su propio relato) le lanzó las siguientes palabras a su adversario:
“Muéstrame simplemente qué trajo Muhammad de nuevo, sino cosas malvadas e inhumanas, tal como su orden de difundir por la espada la fe que él predicaba”.
Estas palabras suscitan tres preguntas:
a)¿En qué contexto dijo el Emperador estas palabras?
b)¿Es cierto lo que dijo?
c)¿Por qué citó el Papa actual estas palabras?
Cuando Manuel II escribió su tratado, él era la cabeza de un imperio decadente. Asumió el poder en 1391, cuando sólo quedaban unas pocas provincias en posesión del que había sido un ilustre imperio. Las que le quedaban, estaban también bajo la amenaza de los turcos otomanos.
En aquel tiempo, los turcos otomanos habían alcanzado las costas del Danubio. Habían conquistado Bulgaria y el norte de Grecia, y habían derrotado en dos oportunidades a los ejércitos enviados por Europa para salvar el Imperio del Oriente. El 29 de Mayo de 1453, sólo unos pocos años después de la muerte de Manuel, su capital, Constantinopla (actual Estambul), cayó en manos de los turcos, poniendo fin al Imperio Bizantino que había durado más de mil años.
Durante su reinado, Manuel visitó las capitales de Europa en un intento de buscar apoyo. Prometió reunificar la Iglesia. No hay duda de que él escribió su tratado religioso para incitar a los países cristianos contra los turcos y convencerlos de comenzar una nueva Cruzada. Su objetivo fue práctico: aquí la teología no servía más que para fines políticos.
En este sentido, la cita sirve perfectamente a los requerimientos del presente Emperador, George Bush II. Él también quiere unir al mundo cristiano contra la amenaza musulmana del “Eje del Mal”. Más aún, los turcos todavía están golpeando las puertas de Europa, esta vez pacíficamente. Es bien sabido que el Papa apoya a las fuerzas que se oponen al ingreso de Turquía en la Unión Europea.
¿Hay alguna verdad en el argumento de Manuel II?[1]
Footnotes:
[1] Aclaración: No todas las opiniones vertidas por el autor son compartidas por IslamReligion o aceptadas por el Islam. (IslamReligion)
Agregar un comentario