El viaje al más allá (parte 2 de 8): la creencia en la vida de la tumba
Descripción: Expondremos aquí lo que ocurre en el tiempo que transcurre entre la muerte y el día del Juicio Final
- Por IslamReligion.com (co-author Abdurrahman Mahdi)
- Publicado 05 May 2008
- Última modificación 22 Jun 2010
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El mundo de la tumba
Ahora daremos una breve mirada al tránsito del alma luego de la muerte. Es un relato de hechos asombrosos, que debemos saber que son ciertos y nos ocurrirán inevitablemente.
El detallado conocimiento de este viaje, su precisión y grado de detalle, es una prueba más de la veracidad de la profecía de Muhámmad, y una constatación de que es el último de los Mensajeros enviados por Dios a la humanidad. La revelación no es ambigua, y se presenta de manera totalmente comprensible.
Nuestra exposición sobre el conocimiento revelado abarcará desde el momento de la muerte hasta la morada final del alma del creyente en el paraíso.
Cuando el creyente está dejando este mundo, ángeles de rostros luminosos se le presentan y dicen:
¡Oh, alma pacificada!, ven al perdón de Dios y Su complacencia (Al-Hakim y otros)
El creyente se encontrará con su Señor, como explica el Profeta:
Cuando le llega la muerte a un creyente, recibe las albricias de que Dios se complace de él y lo bendice, entonces no desea otra cosa que encontrarse con su Señor. Él ama encontrarse con su Señor, y su Señor ama encontrarse con él. (Sahih Al Bujari)
El alma pacificada, sale suavemente del cuerpo, como una gota de agua que cae de una copa, y luego es tomada por los ángeles.
Los ángeles la extraen suavemente, mientras dicen:
« Nosotros somos vuestros protectores en la vida mundanal y en el más allá, sabed que tendréis allí todo cuanto deseéis y se os concederá cuanto pidáis.
Ésta es la recompensa de Allah, El Absolvedor, El Misericordioso. » (Corán 41:31-32)
Entonces los ángeles envuelven el alma en una tela que huele a almizcle y ascienden a los cielos.
Cuando las puertas del paraíso se abren para el alma, los ángeles exclaman:
Un alma buena ha llegado desde la tierra, Dios te bendiga y bendiga el cuerpo que usaste.
Llamándole con los nombres más bellos que tuvo en vida, Dios envía el alma y un libro con sus obras registradas, de nuevo a la tierra.
El alma entonces permanece en un estadio intermedio, el Barzaj, en la tumba, hasta el día del Juicio Final.
Dos ángeles que inspiran temor, Munkar y Nakir, se le presentan y lo interrogan sobre su Religión, su Dios y su Profeta:
El alma creyente se sienta en su tumba, y Dios le concede la fuerza para contestar a los ángeles con fe y certeza[1].
Munkar y Nakir dirán: ¿cuál es tu religión?
El alma creyente responderá: Islam
Munkar y Nakir dirán: ¿Quién es tu Señor?
Y el alma creyente responderá: Allah
Munkar y Nakir dirán: ¿Quién es tu Profeta?
Y el alma creyente responderá: Muhámmad
Munkar y Fakir dirán: ¿Cómo supiste de estos asuntos?
Y el alma creyente responderá: leí el Libro de Allah (El Corán) y creí, soy un creyente.
Entonces, cuando el alma ha superado la prueba, se oirá una voz desde el paraíso que dirá:
Mi siervo ha dicho la verdad, vestidlo con las prendas del paraíso, dadle comodidades del paraíso y abrid para él una ventana al paraíso.
La tumba del creyente será amplia y luminosa. Por una ventana al paraíso se le muestra su morada final, entonces el alma se pregunta ¿Cuándo llegará la hora del juicio? Y no deja de hacerlo hasta que se le dice que se tranquilice[2]
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