Sura 17, Al Isrá (El viaje nocturno) (parte 2 de 2)
Descripción: El Profeta Muhammad nos advierte con la verdad y las promesas de Dios son reales.
- Por Aisha Stacey (© 2018 IslamReligion.com)
- Publicado 30 Apr 2018
- Última modificación 30 Apr 2018
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Aleyas 53 a 60: Dios aconseja al Profeta Muhammad
Dios se dirige al Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Dios sean con él): Diles a los creyentes que hablen de la mejor forma y recuérdales que Satanás es su enemigo jurado. Dios lo sabe todo acerca de ellos y será misericordioso o castigador con ellos según Su voluntad. No se supone que el Profeta Muhammad esté a cargo de todos. Algunos profetas recibieron más que otros. Al Profeta David se le dio el libro de los Salmos. Las deidades a las que los incrédulos recurren no tienen poder alguno para ayudar o eliminar el daño. Ten esperanza en Su misericordia y teme Su castigo, pues este en verdad es terrible. No existe una comunidad de malhechores que no haya sido destruida por un castigo terrible antes del Día de la Resurrección.
Dios no envía señales a aquellos que las exigen porque anteriormente Sus señales fueron rechazadas. Al pueblo de Zamud se le dio la camella, pero ellos la maltrataron. Dios puso el Viaje Nocturno y el árbol maldito mencionado en el Corán como pruebas. La humanidad está advertida, pero no hace nada más que aumentar sus transgresiones.
Aleyas 61 a 65: Adán e Iblís
Recuerda y menciona el momento en que Dios les dijo a los ángeles que se prosternaran ante Adán. Todos ellos obedecieron, pero Iblís[1] no lo hizo. Él fue arrogante y preguntó por qué debía inclinarse ante alguien hecho de barro. Iblís dijo que, si Dios retrasaba su muerte hasta el Día de la Resurrección, desviaría a la mayoría de los descendientes de Adán. Dios lo dejó ir porque el Infierno será la recompensa para él y para todos los que lo sigan. A Iblís se le dijo que hiciera lo que pudiera para tentar y destruir a la humanidad, pero que debía ser consciente de que jamás tendría poder sobre los verdaderos creyentes.
Aleyas 66 a 70: La humanidad es desagradecida
Es Dios quien le permite a la humanidad navegar en barcos por el océano para buscar su bondad; y cuando la adversidad los golpea, todo lo que adoran además de Dios desaparece de sus corazones y mentes, y solo invocan a Dios por ayuda. Y cuando Dios los lleva a salvo a tierra, Le dan la espalda. La humanidad es desagradecida, ¿qué los hace tan seguros de que no serán víctimas de desastres naturales? ¿Quién creen que los protege? La humanidad ha sido honrada y favorecida por encima de muchas de las creaciones de Dios.
Aleyas 71 a 84: La verdad
En el Día de la Resurrección, cuando todas las comunidades sean reunidas con sus líderes, aquellos que reciban su libro en su mano derecha lo leerán con placer. Aquellos que fingieron ser ciegos al Más Allá serán peor que ciegos en el Más Allá. La gente trató de tentar al Profeta Muhammad para que inventara revelaciones, pero Dios fortaleció su corazón. Si él se hubiera inclinado solo un poco hacia ellos, habría recibido un doble castigo en esta vida y en la otra. Fue de esta misma forma para todos los mensajeros. Así que establece la oración desde que el Sol está en su cénit hasta la oscuridad de la noche (cuatro oraciones obligatorias caen en ese tiempo), y recita el Corán en el momento de la oración del Alba. La recitación al momento del alba siempre es atestiguada por los ángeles. La verdad ha llegado y la falsedad se ha ido. El Corán fue enviado como curación y misericordia para los creyentes, pero los incrédulos no obtienen nada, excepto la pérdida. La humanidad puede ser extraña: cuando Dios le otorga Sus favores, se da la vuelta en lugar de ir hacia él; y cuando las cosas van mal, cae en la desesperación. Todos hacen las cosas a su manera, pero Dios sabe quién está siguiendo el mejor camino.
Aleyas 85 a 96: Un hombre con un mensaje
Si la gente pregunta por el alma, el Profeta Muhammad debe decir que eso Le concierne a Dios y que nosotros (la humanidad) hemos recibido muy poco conocimiento al respecto. Si Dios quisiera, Él podría quitar lo que ha sido revelado, y entonces la humanidad no podría recuperarlo. Las revelaciones son una misericordia. Incluso si toda la humanidad y los yinn se unieran, no podrían producir nada similar al Corán, sin importar cuánto se ayudaran unos a otros. El Corán está lleno de diversos ejemplos para ayudarle a la gente a entender el mensaje, pero aun así la gente persiste en su incredulidad.
Muchos dicen al Profeta Muhammad que no creerán hasta que él haga milagros según sus demandas, como hacer brotar agua del suelo o hacer que aparezcan ríos en los jardines, o que caiga parte del cielo en pedazos, o que bajen Dios y los ángeles frente a sus ojos. E incluso entonces, dicen, no creerán en su ascensión a menos que traiga un libro que puedan leer. Dios les dice que el Profeta Muhammad jamás ha afirmado ser otra cosa que un ser humano con un mensaje.
No creyeron porque cuestionaban que Dios hubiera enviado a un ser humano; por lo tanto, se les debe decir que, si hubiera ángeles caminando por la Tierra, un ángel habría sido enviado. Dios es testigo de lo que nos decimos unos a otros, y Él conoce y entiende bien a todos.
Aleyas 97 a 100: Resurrección
Cualquier persona guiada por Dios está verdaderamente guiada, pero aquellos que Él desvía jamás encontrarán un protector. En el Día de la Resurrección, los incrédulos serán reunidos; estarán tendidos boca abajo, ciegos, sordos y mudos. Su hogar será el Infierno; y si alguna vez el fuego se apaga, se hará que vuelva a arder ferozmente. Esta es su recompensa por rechazar las revelaciones. No creerán que Dios puede resucitarlos nuevamente a partir de polvo y huesos, pero por supuesto que Quien los creó puede resucitarlos de nuevo. Hay un tiempo determinado para que terminen sus vidas, pero los malhechores se niegan a hacer algo al respecto, excepto continuar en su incredulidad. Si la humanidad estuviera a cargo de la misericordia de Dios, la negaría, porque los seres humanos siempre han sido mezquinos.
Aleyas 100 a 111: La verdad en la forma del Corán
El Profeta Moisés recibió nueve señales claras, pero el Faraón creyó que eso era magia. Cuando Moisés le dijo que estaba condenado, el Faraón trató de expulsarlo a él y a los israelitas de Egipto. Dios ahogó al Faraón y a quienes estaban con él. Se les ordenó a los Hijos de Israel que se establecieran, y cuando llegue la cita con el Más Allá todos serán resucitados en una sola reunión.
La verdad ha sido enviada en la forma del Corán. El Profeta Muhammad solo fue enviado como portador de buenas nuevas que vienen con una advertencia. El Corán ha sido enviado poco a poco, y las personas justas que recibieron el conocimiento antes del Corán reconocen la verdad y lloran cayendo en postración. Diles que invoquen a Dios por Sus Nombres Sublimes. No hablen demasiado alto ni demasiado suave, sino que busquen el camino medio. Alaben a Dios, Aquel que no tiene hijo ni compañero. Él no tiene necesidad de protección, así que glorifíquenlo abundantemente.
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