Sura 3, Aali Imrán (La familia de Imrán) (parte 2 de 3)
Descripción: La herencia de las revelaciones anteriores resulta en la mejor nación.
- Por Aisha Stacey (© 2017 IslamReligion.com)
- Publicado 02 Oct 2017
- Última modificación 02 Oct 2017
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Aleyas 54 a 69: La explicación verdadera
Los incrédulos conspiraron contra Jesús, tenían un plan, pero Dios también tenía un plan, uno mejor. Él prometió tomar a Jesús y purificarlo de la incredulidad de ellos, y exaltar a sus seguidores por encima de los incrédulos, quienes sufrirán mucho en este mundo y en el próximo. Este Corán está lleno de señales y recordatorios sabios. Como ejemplo, Jesús es similar a Adán, ambos fueron creados sin un padre. Dios solo tuvo que decir "sé" y fue. No discutan acerca del nacimiento de Jesús, pues este Corán tiene la explicación verdadera. No existe deidad verdadera sino solo Dios, y Él conoce quiénes de ustedes son malhechores.
Dios le dice a Muhammad (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) que invite a la Gente del Libro a ponerse de acuerdo en aquello que tienen en común, adorar únicamente a Dios y no asociarle nada. Muhammad también debe preguntarles por qué discuten sobre si Abraham era judío o cristiano. ¿Acaso no razonan? ¿Cómo podría Abraham ser judío o cristiano, cuando vivió antes de que fuera revelada la Torá o el Evangelio? Abraham fue uno que se sometió a Dios, y no Lo asoció con nada ni nadie. La gente cercana a Abraham son los musulmanes, devotos solo a Dios. Algunos de entre la Gente del Libro trataron de desviar a los demás, pero fueron ellos los que se desviaron.
Aleyas 70 a 80: ¿Quién es confiable?
Dios se dirige a la Gente del Libro preguntándoles por qué ocultan la verdad mezclándola con mentiras. Algunos de ellos dicen que creen y luego cambian de opinión, una y otra vez, como el día cambia en noche. Alientan a los verdaderos creyentes a comportarse del mismo modo. Los creyentes deben confiar completamente solo en otros creyentes. Dios concede Su bondad y Su misericordia a quien quiere.
Algunos entre la Gente del Libro son confiables y otros no, porque no creen que sea pecado engañar a alguien que no es de su fe. Aquellos que tienen la fe correcta, temen a Dios y mantienen sus promesas, son amados por Dios. Hay algunos que venden la verdad por poco precio, y a esos les espera un castigo angustioso. Otros retuercen las palabras de Dios en mentiras. Ningún Profeta jamás dijo "adórenme a mí en lugar de a Dios", ninguno sugirió que los ángeles o los profetas fueran deidades, y jamás le pidió a nadie que se alejara de la creencia verdadera.
Aleyas 81 a 92: Un recordatorio
Dios le recuerda a la Gente del Libro que Él tomó de ellos el juramento de creer en un Mensajero que les llegaría confirmando lo que ya se les había dado. Se les recuerda no romper su juramento y se les advierte que todos regresan a Dios, quiéranlo o no. Se le dice al Profeta Muhammad que les diga que los musulmanes creen en Dios y en lo que les ha sido revelado a ellos y a los profetas Abraham, Ismael, Isaac, Jacob y a sus descendientes, así como a Moisés, Jesús y todos los profetas de Dios. No existe distinción entre ellos, todos ellos predicaron el mismo mensaje y debemos creer en todos ellos.
Una religión distinta del Islam no será aceptada y llevará al Infierno. Dios no guía a quienes rechazan la creencia después que les ha llegado. No habrá respiro si no se arrepienten y se corrigen. Aquellos que no crean y mueran en ese estado, no podrán comprar su salvación para librarse del castigo, aunque tuvieran suficiente oro como para cubrir toda la Tierra. Nadie obtendrá la recompensa mayor hasta que dé en caridad de aquello que aprecia, y Dios sabe lo que es dado.
Aleyas 93 a 101: Dios lo sabe todo
Dios se dirige a los Hijos de Israel. Toda la comida que es lícita para los musulmanes también es lícita para ellos, excepto lo que ellos mismos han hecho ilícito para ellos. Se les advierte que no inventen mentiras sobre Dios y se les indica que sigan la religión de Abraham. Luego se les recuerda que la primera Casa de Dios está en La Meca, es un lugar sagrado y un santuario. La peregrinación a la Casa de Dios es un deber para todos aquellos que estén en capacidad de ir. Sin embargo, Dios no necesita de su peregrinación, Él es autosuficiente. Se le pregunta a la Gente del Libro por qué niegan las revelaciones de Dios y tratan de impedir que otros sigan el camino correcto. Dios sabe todo lo que hacen. Él (Dios) les recuerda a los creyentes que mucha Gente del Libro trata de sacarlos de la creencia, de regreso a la incredulidad. ¡Piensen! Las revelaciones de Dios son recitadas y el Mensajero (Muhammad) vive entre ustedes, dice Dios. A quien se aferre a Dios se le mostrará el camino correcto.
Aleyas 102 a 109: La mejor comunidad
Dios les habla a los creyentes diciéndoles que sean conscientes de Dios y se entreguen a Él, y que no mueran sino en un estado de total sumisión a Él. Aférrense al Corán y a las tradiciones del Profeta Muhammad, y manténganse unidos como comunidad. Que haya en esa comunidad gente que invite a otros a la rectitud, hagan el bien y prohíban el mal. En el Día del Juicio, a quienes tengan sus rostros oscurecidos se les preguntará por qué rechazaron la fe, y serán castigados por ello, mientras que quienes tengan sus rostros brillantes se deleitarán con la misericordia de Dios. Todo Le pertenece a Dios y regresará a Él.
Aleyas 110 a 120: Mal comportamiento
Entre la Gente del Libro hay creyentes, pero la mayoría de ellos son desobedientes. Para quienes tienen fe, no son más que una molestia insignificante. Ellos serán deshonrados por haber matado a los profetas, desafiado a Dios y transgredido los límites.
Entre la Gente del Libro están quienes aceptan el mensaje de Muhammad, creen en el Último Día, rezan en la noche y se prosternan ante Dios; hacen el bien, prohíben el mal y compiten unos con otros en hacer buenas obras. A esas personas no se les negará su recompensa. Los incrédulos no tendrán ninguna protección, ni siquiera les servirán sus hijos ni sus riquezas. La caridad hipócrita no les servirá de nada. Ellos se han desviado a sí mismos. Dios les recuerda a los creyentes no hacer amistad con dichas personas, porque tratarán de corromperlos mientras desean su total destrucción. Puede que los ames, pero ellos no te amarán. Dios conoce lo que hay en sus corazones y nos dice claramente que ellos se entristecen cuando te llega el bien y se regocijan cuando te llega la desgracia. Sus planes no te dañarán porque Dios sabe exactamente lo que están haciendo.
Aleyas 121 a 129: La victoria está en las manos de Dios
Se le recuerda al Profeta Muhammad cómo Dios intervino en la batalla de Úhud fortaleciendo los corazones de quienes vacilaban, y cómo en la batalla de Báder les garantizó la victoria frente a una fuerza opositora mucho mayor. Recuerda estas cosas y sabe que, si eres consciente, Dios fortalecerá tus fuerzas con 5.000 ángeles listos para la batalla en caso de un ataque repentino. Está seguro de que es Dios quien Se apiada o castiga. La victoria solo proviene de Dios. Él perdona o castiga según Su voluntad.
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