La intimidad (parte 1 de 2): Sexo y matrimonio en el Islam
Descripción: El Islam fomenta el matrimonio y prohíbe las relaciones prematrimoniales y extramaritales.
- Por Aisha Stacey (© 2016 IslamReligion.com)
- Publicado 18 Jul 2016
- Última modificación 12 Feb 2017
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El Islam es una forma de vida holística, toma en cuenta todas las necesidades humanas: espirituales, emocionales y físicas. Parte del bienestar físico incluye el bienestar y la salud sexuales. Dios no creó el sexo solo para la procreación, sino para satisfacer la necesidad humana de intimidad. El Islam no deja ninguna parte de nuestras vidas sin explicación y, por ello, la sexualidad y la intimidad no son temas que el Corán y las tradiciones auténticas del Profeta Muhammad (que la paz y las bendiciones de Dios sean con él) hayan rehuido ni abandonado.
Islam fomenta el matrimonio y ha hecho que sea el único medio a través del cual uno puede satisfacer sus necesidades sexuales. Hay consecuencias bien sabidas si una persona se involucra en relaciones prematrimoniales o tiene un comportamiento promiscuo. Ellas incluyen embarazos indeseados, la transmisión de enfermedades sexuales, la ruptura del matrimonio en caso de adulterio, y las dificultades emocionales derivadas de las relaciones sin compromiso. El Islam es consciente de estas complicaciones y advierte a la persona que no se toma en serio este asunto. El Islam define las relaciones sexuales premaritales y extramaritales como pecados graves.
"No se acerquen a lo que lleve a la fornicación, pues es una inmoralidad y un mal camino". (Corán 17:32)
Cuando un hombre o una mujer está en capacidad de casarse, es alentado y ayudado en sus intentos por casarse. Además, cuando la intención se ha puesto de manifiesto, la pareja se debe casar lo antes posible para desalentar cualquier tentación de caer en el pecado. El Profeta Muhammad recomendó el matrimonio; sin embargo, recomendó el ayuno para quienes no tienen la posibilidad de casarse. Dijo: "Quien de ustedes tenga los recursos físicos y financieros para casarse, debe hacerlo, porque ello lo ayuda a uno a guardar su pudor; y quien no pueda casarse debe ayunar, pues el ayuno disminuye el deseo sexual"[1].
Dios, en Su infinita sabiduría, nos guía lejos del comportamiento potencialmente destructivo de las relaciones premaritales o extramaritales, y hacia el comportamiento que nos permite llevar vidas centradas en Dios, mientras disfrutamos la intimidad de una relación amorosa. De hecho, Dios nos recompensa por tener intimidad con nuestra pareja legítima. El Profeta Muhammad les dijo a sus compañeros que "en el acto sexual de cada uno de ustedes hay caridad". Los compañeros le preguntaron: "¿Cuándo uno satisface su deseo sexual recibirá una recompensa por ello?". Y él les dijo: "¿No les parece que si lo hacen de manera ilícita estarán pecando? Del mismo modo, si lo hacen de manera lícita, serán recompensados"[2].
Darle placer al cónyuge de uno es un acto muy recompensado. El matrimonio en sí mismo es visto en el Islam como el acto de adoración más duradero y continuo que un musulmán realizará en el transcurso de su vida. Es una asociación entre dos que buscan complacer a Dios; por lo tanto, la intimidad sexual entre los esposos es la "chispa" que refuerza ese vínculo. A medida que cada persona se esfuerza por cumplir y satisfacer los derechos y necesidades de la otra, se logra un afecto y un cariño. Dios hace hincapié en que la persona encontrará intimidad y consuelo en una unión lícita.
"Entre Sus signos está haber creado cónyuges de entre ustedes para que encuentren sosiego, y dispuso entre ustedes amor y misericordia. En ello hay signos para quienes reflexionan". (Corán 30:21)
El Profeta Muhammad (que la paz y las bendiciones de Dios sean con él) fue conocido como un esposo amoroso y un hombre de familia. Era conocido por hablarle con franqueza a sus compañeros, tanto hombres como mujeres, cuando le preguntaban sobre asuntos de naturaleza sexual. Por ejemplo, sus respuestas a preguntas incluían consejos sabios como: "Ninguno de ustedes debe caer sobre su esposa como un animal, permitan que haya un ‘mensajero’ entre ustedes". "¿Y cuál es ese mensajero?", le preguntaron. Él contestó: "Besos y palabras"[3].
El Profeta Muhammad dijo: "Si uno de ustedes dice, cuando va a tener relaciones con su esposa: ‘En el Nombre de Dios. ¡Oh Dios!, mantén a Satanás lejos de mí y lejos de lo que Tú nos otorgues’, y si es decretado que tengan un hijo, Satanás nunca le causará daño"[4].
El Profeta Muhammad nunca sintió vergüenza y siempre se esforzó por dar respuestas claras y comprensibles acerca de todo tipo de asuntos, incluyendo la menstruación y el orgasmo. Una mujer le preguntó una vez al Profeta si ella debía tomar un baño después de un sueño húmedo, a lo que él le contestó: "Sí, si ves líquido"[5].
Dios ha ordenado que los cónyuges sean como nuestras vestimentas, y que el marido y la mujer se protejan mutuamente y sean compañeros cercanos. Sin embargo, el matrimonio tiene muchos aspectos psicológicos, emocionales y físicos, y todos los temas relacionados con la salud física, emocional y espiritual deben ser abordados, porque estas tres áreas son vitales para que el matrimonio sobreviva de manera saludable. Dios nos ha dado permiso para que las parejas casadas satisfagan sus deseos de muchas formas y posiciones diversas.
"Sus mujeres son para ustedes como un campo de labranza; por tanto, siembren en su campo cuando [y como] quieran. Hagan obras de bien para que se beneficien, y tengan temor de Dios ya que se encontrarán con Él…". (Corán 2:223)
El Corán y las tradiciones del Profeta Muhammad también nos educan y aconsejan sobre las prohibiciones dentro de los límites del matrimonio. De la anterior aleya coránica se entiende que, dentro del matrimonio, tanto el hombre como la mujer tienen derecho a disfrutar del cuerpo del otro y de la compañía íntima; sin embargo, deben evitar tener relaciones cuando la mujer está menstruando o durante el puerperio, y nunca deben participar del sexo anal.
En la segunda parte, veremos las prohibiciones en el lecho nupcial y expondremos la educación sexual y su capacidad de enseñarles a los niños actitudes islámicas saludables hacia el matrimonio, el sexo y la imagen corporal.
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