1. La creación divina es la explicación
más convincente para el equilibrio armónico del universo, después de
examinar todas las demás explicaciones. 2. La ciencia está limitada por su
propia naturaleza y, por lo tanto, no puede proporcionar respuestas definitivas.
3. Reflexiones similares, desde los antiguos jinetes de camellos hasta los
pensadores de la actualidad, nos dicen que la “evidencia” de Dios es accesible
para todos por igual.