El hiyab en la Biblia (parte 1 de 2): El hiyab en diferentes denominaciones cristianas

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Descripción: La historia del velo y de cubrirse la cabeza en la iglesia cristiana.

  • Por Aisha Stacey (© 2016 IslamReligion.com)
  • Publicado 20 Jun 2016
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HijabinBibleTorah1.jpgEl significado literal de hiyab es cubrir, velar, ocultar. Abarca más que un código de vestimenta, pues tiene que ver con los límites morales y el respeto hacia la mujer. Es parte de la cohesión de la comunidad y del comportamiento modesto. Sin embargo, el término hiyab se ha convertido en sinónimo de "velo islámico". Este significado a veces es ampliado a normas culturales de vestimenta, como la burca de Afganistán, el chador de Irán y el salwar camis de Pakistán. Hiyab tiene múltiples significados y en esta serie de artículos nos enfocaremos en el hiyab como cubierta de la cabeza, y hablaremos sobre el hiyab en la Biblia y la Torá.

El primer caso registrado de velo o de cubrir el cabello de las mujeres se encuentra en los textos legales asirios del siglo XIII a. C. Su uso estaba restringido a las mujeres de la nobleza. Las prostitutas, esclavas y mujeres pobres tenían prohibido cubrir su cabello. En los imperios antiguos de Grecia y de Roma se encuentra evidencia que señala varios grados de cobertura para la cabeza utilizada por las mujeres. En particular, en Roma parece que cubrirse la cabeza estaba asociado con la oración y la devoción. Mientras que en Grecia, la evidencia determinada por la escultura y la poesía de esa época ha llevado a muchos a creer que las mujeres respetables se cubrían la cabeza fuera de sus hogares. A medida que se hacen nuevos descubrimientos, nuestras opiniones acerca del grado y de las razones de cubrirse la cabeza van y vienen, pero sabemos con certeza que el hecho de que las mujeres se cubrieran el cabello o la cabeza no era una práctica desconocida.

Es interesante que los versículos bíblicos a los que se refieren los cristianos cuando explican por qué las mujeres deben cubrir sus cabezas, en especial en la oración o en la iglesia, nos llegan de Pablo en sus cartas a los corintios. Corinto era una ciudad situada en la península del sur de Grecia, y era parte del Imperio Romano durante la época en que estas cartas fueron escritas. Era un crisol cultural donde se mezclaban las culturas romana, griega y judía; por lo tanto, es pertinente preguntarse qué normas culturales se mantuvieron a medida que la ciudad cambiaba de manos y de imperio.

1 Corintios 11:5 dice: "Pero toda mujer que ora o profetiza con la cabeza descubierta, afrenta su cabeza; porque lo mismo es que si se hubiese rapado". Las primeras mujeres cristianas se cubrían la cabeza en la iglesia y siempre que se encontraban en público. Las cristianas mantuvieron dicha práctica en algún grado a lo largo de los siglos hasta el siglo XIX y algunas incluso hasta el siglo XX, cuando la práctica rápidamente declinó.

En Corinto y a lo largo de la historia cristiana, que las mujeres se cubrieran la cabeza era, y sigue siendo en algunos lugares y denominaciones, considerado una señal de sumisión a la autoridad, a Dios y a veces también a su esposo. Los cristianos en el Egipto del siglo II fueron instados por el teólogo cristiano Clemente a "ir a la iglesia ataviados con decencia, con paso natural, en silencio, llevando un amor sincero, puros en cuerpo y en alma, preparados para orar a Dios. Que las mujeres observen esto aún más. Que ellas estén completamente cubiertas, a menos que se encuentren en casa. Pues el estilo de vestir es importante y protege de las malas miradas. Y ellas nunca caerán si ponen modestia en sus ojos y se cubren con su chal, ni invitarán a otros a caer en pecado al cubrirse el rostro. Pues este es el deseo de la Palabra, ya que ella afirma que la mujer debe orar cubierta"[1].

Las raíces históricas del uso del velo en la Europa occidental se remontan al Imperio Bizantino, donde los códigos del velo atribuían un elevado rango social a las mujeres que lo usaban. En el Medioevo era costumbre que las mujeres casadas cubrieran su cabello con varios tipos de velos. Las pinturas de mujeres urbanas en la Europa occidental las representan cubiertas por completo, con excepción del rostro y las manos. En esa época, las campesinas y obreras que no se cubrían eran consideradas "perdidas" y eran presa fácil de asaltos. Esta representación de las mujeres no cubiertas también aparece en el contexto musulmán, donde el Corán dice que cubrirse indica el estatus elevado de las mujeres creyentes.

"… Diles a tus mujeres, a tus hijas y a las mujeres de los creyentes, que se cubran con sus mantos; es mejor para que se las reconozca y no sean molestadas...". (Corán 33:59)

Cuando una mujer cristiana se convierte en monja se dice que "tomó el velo". Esto se dice en referencia a la cobertura de su cabeza. A lo largo de la historia del cristianismo, las monjas se han reconocido por sus cubiertas distintivas de la cabeza, muchas de las cuales se asemejan al hiyab musulmán. En la época medieval, por todo el mundo occidental las mujeres casadas normalmente cubrían su cabello fuera de su casa, y los velos de las monjas a menudo se basaban en los estilos seculares, reflejando la posición de la monja como "novia de Cristo". Las monjas decían abandonar la vida secular a fin de servir a Dios; sin embargo, se les debía el respeto y el honor dados a una modesta mujer casada.

Hay cierta evidencia que sugiere que el velo en España fue influenciado por la presencia musulmana en Andalucía y por las mujeres musulmanas de la cercana África del Norte. La cubierta ligera para la cabeza conocida como "mantilla" empezó a usarse en España hacia finales del siglo XVI, y se hizo común en las misas católicas de todo el mundo. La reina Isabel II de España animó activamente su uso dentro y fuera de la iglesia, pero después de su abdicación en 1870, el uso de la mantilla se limitó a las ocasiones formales y a la misa. Por extraño que parezca, el requisito de que las mujeres cubrieran sus cabezas en la iglesia no fue introducido en la ley canónica hasta 1917. Desde entonces, y hasta 1983, el código canónico de la Iglesia Católica ordenó que las mujeres utilizaran velos u otras cubiertas para sus cabezas. Antes de 1917 no existía dicha ley, pero el uso de sombreros y velos era costumbre entre las mujeres.

Aunque el uso de velos y pañuelos ha disminuido, hay algunas denominaciones cristianas en las que su uso se mantiene como muy apreciado, y en algunos casos es obligatorio. Durante casi 2.000 años, las mujeres ortodoxas de las iglesias griega, serbia, rusa, egipcia o siria, asistieron a las iglesias con sus cabezas cubiertas. La Iglesia Ortodoxa universal tiene un código de vestimenta obligatorio pensado en que no haya distracción durante la oración. En Albania, las mujeres cristianas a menudo llevan velos blancos, y en los templos de la Iglesia Ortodoxa Albana las mujeres están separadas de los hombres por tabiques de celosía. Muchas denominaciones cristianas protestantes pequeñas visten algún tipo de cubierta para la cabeza o hiyab. Entre ellas están los amish, los menonitas y los huteritas. En aquellas denominaciones protestantes que no tienen por norma que las mujeres cubran sus cabezas, algunas personas deciden cubrirse la cabeza de acuerdo a su entendimiento de 1 Corintios 11. Muchas mujeres católicas deciden cubrir sus cabezas para emular a la Virgen María, la madre de Jesús, quien cubría su cabeza y su cabello de acuerdo con las costumbres judías de la época, y en el próximo artículo veremos estas y otras costumbres judías sobre el hiyab.



Pie de página:

[1] Clemente de Alejandría, Paedagogus [el instructor], libro III, capítulo XI. Traducido al inglés por los Padres Ante Nicea.

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El hiyab en la Biblia (parte 2 de 2): El hiyab en la Torá

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Descripción: La historia del velo y de cubrirse la cabeza en el judaísmo.

  • Por Aisha Stacey (© 2016 IslamReligion.com)
  • Publicado 20 Jun 2016
  • Última modificación 20 Jun 2016
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spa_Hijab_in_the_Bible_and_Torah_(part_2_of_2)._001.jpgLas mujeres judías modernas que se cubren el cabello atribuyen diversos significados a dicho acto. Para algunas es símbolo de matrimonio, para otras es un símbolo de piedad y humildad, quizás un acto de deferencia a la Voluntad de Dios. También es considerado como una señal de modestia. En los tiempos bíblicos, en Oriente Medio y en el antiguo mundo grecorromano, era costumbre cubrirse el cabello, al menos para las mujeres libres, respetables y casadas. La Torá menciona el cubrirse la cabeza o el cabello solo brevemente, pero esas pocas palabras se han convertido en un complejo ritual de hiyab practicado por judías devotas de todo el mundo.

La afirmación de que cubrirse el cabello es un mandato bíblico proviene de un pequeño pasaje en el libro de Números, que se refiere al sacerdote descubriendo o desatando el cabello de la mujer como un castigo o humillación. Ello se adscribe a una ceremonia que pone a prueba la fidelidad de una mujer acusada de adulterio. Según la Torá, el sacerdote descubre o desata el cabello de la mujer como parte de la humillación que precede a la ceremonia, y puede hallarse en el libro de Números 5:18.  

Otras órdenes que piden a la mujer judía vestir el hiyab o cubrir su cabello, provienen del cuerpo de literatura conocido colectivamente como Talmud. En consecuencia, las mujeres "que van por ahí" sin cubrir su cabello, están realizando un acto inaceptable, tanto que es considerado causal de divorcio. En una sociedad tan consciente de la sexualidad y sus peligros, cubrirse era considerado una necesidad absoluta para mantener la modestia y la castidad. Algunos rabinos incluso consideraron la exposición del cabello de la mujer como algo tan socialmente inaceptable como la exhibición de sus partes privadas. De modo que se les ordenaba a las mujeres casadas cubrir su cabello en espacios comunes, y muchos rabinos incluso prohibieron la recitación de bendiciones en presencia de una mujer con la cabeza descubierta.

Las leyes de la modestia que se encuentran en el Talmud actuaron para hacer a la mujer inaccesible, no disponible para nadie más que para su esposo. Cubrirse el cabello era una advertencia, que significaba que la mujer cubierta era una mujer casada respetable. Así que, aunque el hiyab judío es un símbolo de sumisión, también es una insignia de honor. Cuando una mujer casada cubre su cabeza, es un símbolo de la gran dignidad que se le atribuye a ella. Muchas mujeres consideran que las cubiertas de sus cabezas son como la corona de una reina.

En el judaísmo bíblico y postbíblico, el uso del hiyab llegó a representar parte del ciclo de vida de la mujer, simbolizando el paso de doncella a mujer. Durante el Medioevo, por todo el mundo judío, cubrirse el cabello era una obligación religiosa firmemente afianzada. Es interesante que esta misma obligación existía en esa época en las esferas de influencia tanto cristiana como musulmana.

El primer desafío serio a la tradición de cubrirse el cabello provino del uso de pelucas. Dicha práctica comenzó en la corte francesa y pronto se extendió por toda Europa y en las comunidades judías. La práctica al comienzo fue denunciada por las autoridades judías que arremetieron contra lo que parecía ser una imitación inapropiada de las costumbres de los no judíos. Muchos sostenían que la prohibición tradicional de que las mujeres mostraran su cabello servía para evitar que la atracción femenina causara malos pensamientos en los hombres. La peluca, según ellos, podría evocar los mismos sentimientos que el cabello natural de la mujer. No obstante, el uso de pelucas pronto fue introducido en las comunidades judías y finalmente fue aceptado.

A pesar de esto, muchas mujeres judías continuaron hallando difícil vestir peluca en lugar de los velos y pañuelos más tradicionales, y algunas se ponían peluca, pero la cubrían de la forma usual. El uso de pelucas para cubrir el cabello tuvo una reaparición en los siglos XIX y XX, cuando las mujeres judías necesitaban participar en la vida secular pero no querían comprometer los edictos religiosos. Cuando las presiones externas de la vida europea obligaron a muchas mujeres judías a salir con la cabeza descubierta, para algunas resultaba más conveniente remplazar su velo tradicional con una peluca.

Aunque no está inexorablemente relacionada con el uso de la peluca, la costumbre de afeitar la cabeza de la mujer en el matrimonio llegó a ser frecuente en Europa central, en lo que se conoce como el período moderno temprano de la ley judía. De modo que muchas mujeres decidieron afeitarse la cabeza a fin de que ningún cabello se les pudiera escapar de los confines de su peluca o de su velo.

En los siglos XX y XXI hay un desconocimiento generalizado sobre la práctica de cubrirse el cabello. Sin embargo, los judíos de orientación religiosa continúan enfrentando el problema. Hay rabinos que toleran el lapso en la costumbre con el entendimiento de que la sociedad ha cambiado y ya no se considera un acto de falta de modestia mantener el cabello sin cubrir; pero para la mayor parte, cubrirse la cabeza sigue siendo algo problemático. En la actualidad, la mayoría de las mujeres judías no se cubren el cabello sino solo en la sinagoga.

Para las mujeres judías y musulmanas, la modestia es una parte importante de su fe, que influye sus vidas diarias de muchas maneras, tales como la forma de caminar, de vestir y de interactuar con los demás. Ambas religiones fomentan la modestia para encausar la belleza femenina hacia donde realmente pertenece, dentro de su matrimonio. Ambas religiones se toman muy en serio sus leyes sobre el recato, y el hiyab es considerado una forma de vida y no solo un velo, pañuelo o bufanda. Y hasta hace apenas un siglo, la mayoría de las denominaciones cristianas consideraban también el cubrir el cabello y vestir con modestia como parte integral de sus creencias religiosas. En el siglo XXI, este comportamiento está restringido generalmente a denominaciones marginales; sin embargo, en cierta medida, el cristianismo y el judaísmo siguen considerando que el comportamiento y la vestimenta modestos son la norma.

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