La brujería en el Islam (parte 1 of 2): Pecados graves que ponen en peligro la vida eterna
Descripción: ¿Qué dice el Islam acerca de la brujería y la hechicería?
- Por Aisha Stacey (© 2015 IslamReligion.com)
- Publicado 12 Oct 2015
- Última modificación 12 Oct 2015
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La posición del Islam con respecto a la brujería, tanto para quien practica la magia como para quien cree en la hechicería, puede resumirse en una sola frase: La brujería está totalmente prohibida. Sin embargo, descubramos por qué el Islam la prohíbe. Recordemos que el Islam es una forma de vida, no solo un conjunto de creencias que la gente puede practicar o no; encontramos entonces que la brujería está prohibida debido al daño que puede causarle a las personas, familias y a la comunidad en general.
Desde los albores del tiempo, los seres humanos han estado fascinados con la brujería en todas sus formas. Han estado engañados, extasiados, y a menudo inconscientes de los daños implícitos en la brujería. La brujería, magia o hechicería se conoce en árabe con la palabra sihr y es uno de los trucos que Satanás utiliza para desviar y perder a la humanidad. Es por esta razón que el Islam advierte contra la magia. Dios nos advierte de ella en el Corán:
"Lo que aprendían los perjudicaba y no los beneficiaba. Pero los hijos de Israel sabían que quien practicara la hechicería no tendría éxito en la otra vida. ¡Qué mal vendieron sus almas! Si supieran". (Corán 2:102)
La brujería es llevada a cabo con la ayuda de los Yinn[1], y esa ayuda se obtiene cuando el brujo, mago o hechicero realiza actos de incredulidad y adora a los Yinn y a Satanás. De modo que ellos toman a los Yinn y a Satanás como señores en lugar de Dios. Una vez los Yinn están complacidos con el brujo o brujos, hacen lo que estos les pidan. El reconocido erudito islámico del siglo XX Sheij Ibn Baz (Dios tenga misericordia de él) dijo: "Sihr (brujería) es una palabra que hace referencia a algo oculto. Es real y existen tipos de hechicería que pueden afectar a la gente psicológica y físicamente, enfermándose y muriendo, o logrando que los matrimonios se separen. Es una acción diabólica que en su mayor parte se realiza por medio de asociar a otros con Dios y acercándose a los esbirros de Satanás."
El Profeta Muhammad (que la paz y las bendiciones de Dios sean con él) aconsejó a sus seguidores que evitaran los pecados destructivos. "Hacer a alguien o a algo copartícipe de Dios, practicar la brujería; matar un ser viviente, cuya vida ha sido declarada sagrada por Dios, sin justificación; practicar la usura, apropiarse indebidamente de la propiedad de un huérfano, huir durante una batalla, y calumniar a mujeres creyentes castas e inocentes"[2].
Durante la vida del Profeta Muhammad, una de las formas de brujería más popular era hacer nudos en una cuerda y luego recitar conjuros o encantamientos sobre los nudos con el fin de embrujar o lastimar a otra persona. Esto se menciona en el penúltimo capítulo del Corán, donde se nos anima a buscar refugio de este mal. "Del mal de las [hechiceras] sopladoras de nudos". (Corán 113:4)
Esta forma de brujería fue hecha contra el Profeta Muhammad, pero Dios no permitió que le causara ningún daño. Un hombre malvado le lanzó un hechizo al Profeta Muhammad utilizando un cabello suyo que tomó de una peinilla, junto con algunas fibras de palma datilera. Después de que el hechizo fue lanzado sobre el Profeta, él comenzó a imaginar que había tenido relaciones sexuales con una de sus esposas cuando de hecho no era así. El efecto del hechizo fue limitado y no interfirió en modo alguno con su responsabilidad de divulgar el Mensaje Divino. Su amada esposa Aisha narró que "un día él (el Profeta Muhammad) le suplicó a Dios y después dijo: "¿Sabías que Dios me ha mostrado dónde está mi cura? Dos hombres vinieron a mí y uno de ellos se sentó a mi cabeza y el otro a mis pies. Uno de ellos le dijo al otro: ‘¿Qué le aqueja a este hombre?’ Él le respondió: ‘Ha sido embrujado’. Le dijo: ‘¿Quién lo ha embrujado?’ Le respondió: ‘Labid ibn Al-A’sam’. El primero dijo: ‘¿Con qué?’ El otro respondió: ‘Con un peine, un cabello que tomó de él, y la fibra de una palmera datilera macho’. Le dijo: ‘¿Y dónde está eso?’ Le respondió: ‘En el pozo de Dharwan’". El Profeta fue hasta el pozo, regresó y dijo: "Sus palmeras datileras son como cabezas de demonios". Yo le dije: "¿Lo has sacado?" Me respondió: "No. Dios me ha curado, y temí que si sacaba eso traería mal sobre la gente". Luego, fue llenado el pozo[3]. El Profeta Muhammad advirtió de nuevo a sus seguidores acerca de los peligros de la magia (brujería o hechicería) cuando afirmó que "todo aquel que ata un nudo y dice conjuros sobre él ha cometido brujería, y quien comete brujería ha asociado copartícipes con Dios, y quien pone esperanzas en algo (que no sea Dios) será abandonado a ello"[4].
Otra forma de brujería que es muy popular hoy en día es escuchar las predicciones hechas por los adivinos y consultar los horóscopos. Vale la pena recordar que el Profeta Muhammad dijo con respecto a estas formas de hechicería: "A todo aquel que vaya con un adivino y le pregunte algo, su oración no será aceptada durante cuarenta días"[5]. Esto no significa que la persona queda exenta de realizar la oración, sino que debe hacer sus oraciones pero no recibirá ninguna recompensa por ellas.
"Quienquiera que acuda a un adivino, vidente o pitonisa, y cree lo que le dice, esa persona ha descreído de lo que le ha sido revelado a Muhammad"[6].
"No es uno de nosotros quien cree en los presagios buenos o malos, o pide a otros que den sus opiniones sobre la buena o mala fortuna basados en el movimiento de los objetos mundanos, o quien busca la adivinación o la hace por sí mismo, o quien practica la hechicería o busca que la hagan para sí. Cualquiera que vaya con un adivino y crea lo que este le dice, ha descreído de lo que le ha sido revelado a Muhammad"[7].
La brujería, que incluye la magia, hechicería, todo tipo de adivinación, augurio y oráculo, la astrología y los horóscopos, todo ello está estrictamente prohibido en el Islam. Ello implica, en todos los casos, tratar con lo oculto, y en la mayoría de los casos, asociar copartícipes con Dios. Estos dos son pecados muy graves que involucran a la persona que practica o cree en la brujería, en comportamientos que pueden llevarla a la perdición eterna.
En el segundo artículo veremos las curas para la brujería, qué se debe hacer si uno se ve afectado por la brujería, o si uno quiere protegerse de los efectos malignos de la brujería.
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