La adivinación (parte 3 de 3)
Descripción: Por qué la práctica de la adivinación está prohibida en el Islam. Parte 3: La creencia islámica respecto a los adivinos.
- Por Dr. Bilal Philips
- Publicado 02 Jun 2014
- Última modificación 02 Jun 2014
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La norma islámica sobre la adivinación
Debido al sacrilegio y la herejía que están involucradas en la adivinación, el Islam ha tomado una postura muy fuerte hacia ella. El Islam se opone a toda forma de asociación con aquellos que practican la adivinación, a menos que sea para advertirles que abandonen sus prácticas prohibidas.
Visitar a los adivinos
El Profeta (Dios lo bendiga) estableció principios que prohíben con claridad cualquier forma de visita a los adivinos. Safiyyah reportó de Hafsah (esposa del Profeta) que el Profeta dijo: “La Salah de aquel que se acerca a un adivino y le pregunta cualquier cosa, no será aceptada durante 40 días y sus noches” (Sahih Muslim). El castigo en este hadiz es por solo acercarse a un adivino y preguntarle cualquier cosa por mera curiosidad. Esta prohibición fue apoyada por el hadiz de Mu’awiyah Ibn Al Hakam As-Sulami, en el que él dice: “Mensajero de Dios, hay personas de entre nosotros que visitan a los oráculos”. El Profeta le dijo: “No vayas con ellos”. Se ha establecido un castigo muy severo por la simple visita, debido a que esta es el primer paso hacia la creencia en la adivinación. Si uno visita a un adivino con dudas sobre su realidad, y alguna de las predicciones del adivino se concreta, uno seguramente se volverá devoto del adivino y será un creyente ardiente de la adivinación. Aquel que se acerca a un adivino está obligado a realizar sus Salah diarias obligatorias durante el período de 40 días, aun cuando sabe que no recibirá recompensa alguna por esas oraciones. Si abandona la Salah, estará cometiendo otro pecado mayor.
Creer en adivinos
La sentencia islámica respecto a quien visita a un adivino creyendo que este conoce lo oculto y el futuro, es la de Kufr (incredulidad). Abu Hurairah y Al Hasan reportaron que el Profeta (Dios lo bendiga) dijo: “Todo aquel que se acerque a un adivino y crea en lo que dice, ha dejado de creer en lo que le ha sido revelado a Muhammad”. Tal creencia le asigna a la creación algunos de los atributos de Dios con respecto al conocimiento de lo oculto y del futuro. En consecuencia, destruye el Tawhid Al Asma was-Sifat (el monoteísmo en los nombres y atributos de Dios), y representa una forma de Shirk en este aspecto del Tawhid.
La sentencia de Kufr incluye, por analogía (Quiyás), a aquellos que leen los libros y escritos de los adivinos, los escuchan en la radio o los ven en la televisión, ya que esos son los medios más comunes utilizados por los adivinos del siglo XX para divulgar sus predicciones.
Dios afirma claramente en el Corán que nadie conoce lo oculto sino solo Él. Ni siquiera el Profeta Muhammad. Dios dice sobre sí mismo: “Él posee las llaves de lo oculto y nadie más que Él las conoce” (Corán 6:59).
Luego le dijo al Profeta Muhammad: “Diles: ‘No poseo ningún poder para beneficiarme ni perjudicarme a mí mismo, salvo lo que Dios quiera. Si tuviera conocimiento de lo oculto tendría abundantes bienes materiales y no me alcanzaría nunca un mal’” (Corán 7:188).
También dijo: “Nadie en los cielos ni en la Tierra conoce lo oculto salvo Dios” (Corán 27:65).
Por lo tanto, todos los diferentes métodos utilizados alrededor del mundo por los oráculos, adivinos y similares, están prohibidos para todos los musulmanes.
La lectura de la mano, el I-Ching, las galletas de la fortuna, la lectura de las hojas de té, el horóscopo y los signos zodiacales, los programas computacionales de biorritmo, todos ellos aseguran informar a quien cree en ellos acerca de su futuro. Sin embargo, Dios ha establecido en términos claros que solo Él conoce el futuro: “Solo Dios sabe cuándo llegará la hora [el Día del Juicio], cuándo hará descender lluvia y qué encierra el útero; nadie sabe qué le deparará el día siguiente ni en qué tierra ha de morir. Dios lo sabe todo y está bien informado de lo que ustedes hacen” (Corán31:34).
En consecuencia, los musulmanes deben tener sumo cuidado al tratar con libros, revistas, periódicos, así como con las personas que, de un modo u otro, afirman conocer el futuro o lo oculto. Por ejemplo, cuando un musulmán meteorólogo predice lluvia, nieve u otras condiciones climáticas para el día siguiente, debe agregar la frase “in sha Al‑lah” (si Dios quiere). Del mismo modo, cuando el doctor musulmán le informa a su paciente que va a dar a luz a un bebé en una fecha determinada, debe agregar la frase “in sha Al‑lah”, puesto que tales afirmaciones son solo estimaciones basadas en información estadística.